La Gaceta de la Eurocopa-2016

Anécdotas y noticias curiosas de la Eurocopa de Francia-2016 (10 junio-10 julio):

AÑO OLÍMPICO - Mientras balones y banderas de los participantes de la Eurocopa decoran las calles de Francia, algunos van contracorriente y prefieren centrarse en el otro gran evento deportivo de este 2016, los Juegos Olímpicos de Rio. Es el caso del Centro de Historia de la Resistencia y la Deportación de Lyon, que hasta enero tendrá la exposición "El deporte europeo ante el nazismo: de los Juegos de Berlín a los de Londres (1936-1948)". Los carteles de la muestra se ven en paneles y marquesinas de la ciudad. Por si alguien quiere desconectar un poco de la Eurocopa sin alejarse del deporte.

OLVIDO VOLUNTARIO. Robbie Keane regresó al Stade de France por primera vez desde 2009 y la fatídica eliminación de Irlanda en el repechaje para el Mundial de Sudáfrica (2-1, 1-1). Francia se clasificó gracias a un gol de William Gallas que nació de una mano de Thierry Henry que dio la vuelta al mundo. "Ya lo tenía olvidado antes de que me lo recordáseis", aseguró el delantero irlandés antes del partido contra Suecia. "Pero ahora lo recuerdo bien. La situación no tiene nada que ver, somos otro equipo y estamos concentrados en el próximo partido", añadió.

LOS GALESES, CIVILIZADOS. La cerveza no parece tener el mismo efecto en todos los aficionados. Más de 14.000 galeses invadieron Burdeos el fin de semana para presenciar el partido de su selección contra Eslovaquia (2-1) con el rojo de su camiseta y sus cánticos, casi siempre con una cerveza en la mano. Pero a diferencia de los episodios de violencia entre rusos e ingleses en Marsella, solo hubo un detenido galés, que acabó la noche en el calabozo hasta que se le pasó la borrachera. La policía y la población local destacaron el ambiente de "fraternidad" con los hinchas eslovacos, dejando escenas amistosas como la de un grupo de galeses que cantó una canción de amor al paso de una pareja de recién casados.

PRODUCTIVIDAD A LA BAJA. La productividad en las empresas francesas, en dificultad por la reciente oleada de huelgas y manifestaciones, tiene un nuevo enemigo: los grandes acontecimientos deportivos del verano (boreal), comenzando por la Eurocopa. Según un sondeo, uno de cada dos trabajadores ha declarado que sigue los resultados en su lugar de trabajo y uno de cada cuatro que directamente los ve por televisión en la oficina. Un 25% de los hombres y un 21% de las mujeres no dudarían incluso en pedir un día de fiesta para poder ver un encuentro importante.

ATENCIÓN AL CORAZÓN. Las autoridades sanitarias tailandesas han advertido a los aficionados al fútbol que sean "razonables" durante la Eurocopa para evitar los infartos. "No vean más que lo que les interese realmente, hagan ejercicio y eviten el alcohol" han recomendado a los ciudadanos. La mayor parte de los partidos se disputan en la madrugada tailandesa, por lo que se insiste en la necesidad de descansar bien y evitar un exceso de excitación, sobre todo en aquellas personas que ya están aquejadas de problemas cardiacos o que sufren de diabetes.

AUDIENCIAS MILLONARIAS. Con motivo del primer partido de la Mannschaft en la Eurocopa, el domingo en Lille contra Ucrania (triunfo por 2-0 para los campeones del mundo), la televisión pública alemana ARD registró una audiencia media de 26,57 millones de telespectadores, es decir, que siete de cada 10 alemanes que estaban frente al televisor vieron la victoria del equipo de Joachim Löw. Son las mejores audiencias jamás registradas para un primer partido de Alemania en una Eurocopa.

DOS HIMNOS. El partido del martes que enfrentará a Austria y Hungría en Burdeos, correspondiente al grupo F, será muy especial para el defensa austriaco Gyorgy Garics que, como su nombre indica, es de origen húngaro. "Seguro que voy a cantar el himno de Austria y probablemente también el húngaro y espero que nadie me critique por ello", dijo Garics a la prensa en la previa. "Espero ganar los tres puntos ante Hungría, pero después les apoyaré para que se clasifiquen", añadió el jugador, que nació en Hungría y emigró a Austria con 14 años.

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