Getafe 1-4 Barcelona: Un oportuno Adriano y el maestro Messi reinan en el Coliseum

    • Messi fue suplente, igual que todos los sudamericanos excepto Adriano, pero firmó un doblete en cinco minutos.
    • El Getafe no pudo nunca con un Barcelona que pudo golear.
Cesc celebra el gol de Adriano ante el Getafe
Cesc celebra el gol de Adriano ante el Getafe
Manu Albarrán

El año pasado el Barcelona perdió parte de la Liga en Getafe. Este año, sin Iniesta, sin Alexis y con Villa en proceso de recuperación, el partido se parecía bien complicado. Sin embargo, una oportuna aparición de Adriano en el área y una magistral aparición de Messi en la segunda parte, le bastaron al Barça para sumar su cuarta victoria en otros tantos aprtidos ligueros.

No había comenzado el partido y ya notaba en el ambiente que el partido podía ser raro. El Barcelona visitaba un campo en el que hacía dos semanas había pinchado el Real Madrid y Vilanova dejaba a Messi en el banquillo. Venía de dos partidos con Argentina y de dos viajes largos, pero podía parecer una osadía ante un equipo que pelea en su casa como si les fuese la vida en ello.

Sin embargo, en lo que no hubo nada extraño fue en el desarollo del partido. Luis García ya anunció que ante el Barça no se podía esperar dominar el balón, por lo que sus instrucciones fueron claras: encerrarse atrás sin cometer errores y asestar puñaladas a la contra.

Los blaugranas, habituados a combatir en escenarios tan difíciles aceptaron el reto y comenzaron a rondar el área de Moyá. Tello rompió el hielo con un par de internadas nada fructíferas por la izquierda. A continuación fue Thiago el que hizo sufrir a los azulones cuando hizo de Messi, se coló entre tres jugadores del Getafe y llegó hasta el área. Su tiro, sin embargo, se estrelló en el larguero.

Adriano asesta la puñalada mortal

Como dice el dicho, a la tercera fue la vencia. El lateral, con la anarquía de la que hacen gala todos los laterales brasileños, apareció en el área para rematar un balón franco al que Cesc no pudo llegar después de que Alexis le hiciera una pequeña carga.

El paso por vestuarios no cambió nada. Los madrileños parecieron intentar algo más, pero fue más efecto gaseosa que otra cosa. Fueron los culés los que siguieron atacanado y buscando el gol. A los quince minutos salió Messi, descansando y con ganas. El argentino revolucionó el partido en dos jugadas.

En la primera provocó un penalti que Teixeira Vitienes no señaló. En la segunda aprovechó un tiro desde el punto fatídico que Pedro forzó y que, ésta vez, el trencilla sí señaló.

Del 2-0 al 3-1 y todo igual

El Getafe pareció morir definitivamente con la esperanza de que el Barcelona no quisiera hacer sangre. Su deseo no se vio cumplido y un par de minutos después Messi sumaba su segundo gol del encuentro aprovechando un pase de la muerte de Montoya. Empero, Sarabia, favorecido por la suerte y por Mascherano, insuflaba aire en los pulmones de sus compañeros con un improductivo gol.

El joven delantero chutó desde la frontal. El balón golpeó en dos jugadores del Barcelona y despistó a un Valdés que sólo pudo ver cómo el balón entraba en su portería. De poco sirvió el gol. El partido estaba muerto y sentenciado, algo de lo que se aprovechó Villa para hacer el cuarto en el minuto 89.

El Barcelona había hecho su trabajo y había sobrevivido en el Coliseum en el que el Madrid había caído catorce días antes. Cuatro de cuatro para los blaugranas y líderes en solitario.

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