El joven ciclista colombiano Carlos Betancur ha protagonizado la imagen curiosa y graciosa del Giro de Italia. A falta de dos semanas para que acabe la ronda italianam, será difícil que alguien supere la falsa celebración del ciclista del Ag2r.
Betancur atacó en la última ascensión de la novena etapa, en el pequeño puerto de cuarta categoría Fiesole, de tres kilómetros de longitud. El colombiano atacó cuando apenas faltaban mil metros para coronarlo y justo antes de que el grupo atrapase a muchos de los escapados. Desde el punto más alto del puerto, aún restaban diez kilómetros hasta la línea de meta.
Por delante aún estaban Maxim Belkov, Jarlinson Pantano y Tobias Ludvigsson; éstos dos últimos a un minuto del primero. Betancur saltó con tanta fuerza que logró atrapar al dueto perseguidor en los últimos metros de la etapa. Su sprint de casi trescientos metros fue un auténtico derroche de fuerza y una muestra de que puede hacer mejor las cosas de lo que ha hecho en estos primeros siete días.
Pero lo gracioso llegó cuando cruzó la línea de meta. El colombiano no se enteró de que Belkov ya había llegado, por lo que se cerró el maillot y se puso a festejar una victoria que no era tal. Pantano y Ludvigsson no daban crédito a lo que veían, como la mayoría de aficionados congregados en la llegada.
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