Giro Italia: ¿es buena o mala la jornada de descanso en una carrera tan larga?

    • Aunque pueda parecer raro, descansar después de tantos días haciendo un ejercicio tan intenso puede ser peor que hacer unos cuantos kilómetros.
    • El día de descanso se debe aprovechar para alimentarse correctamente y para recibir masajes en las piernas.
El rodillo es uno de los sistemas de entrenamiento más habituales durante los días de descanso
El rodillo es uno de los sistemas de entrenamiento más habituales durante los días de descanso

Quizá el día de hoy sea para todos los seguidores del Giro un día poco importante, casi intrascendente. Todos aquellos que llevan una semana sentándose religiosamente por las tardes delante de la televisión o el ordenador para ver la primera de las tres grandes carreras ciclistas, reciben hoy el primer plantón de los ciclistas. Hoy será más lunes que nunca para los seguidores de las bicis, cuyas tardes serán más aburridas que las de la semana pasada y las de próximos días.

La culpa de todos estos males la tiene el propio Giro de Italia, que ha planificado este lunes 13 de mayo como el primer día de descanso. Un día sin cobertura televisiva y con poca información para los fans. Sin embargo, si para éstos el día será irrelevante, no ocurrirá lo mismo para los ciclistas. El día de descanso es otra etapa más del Giro, con sus ventajas y sus peligros.

Quizá parezca extraño que una jornada en la que no están obligados a hacer cientos de kilómetros a una gran velocidad y superando importantes puertos, pueda ser mala. Pero así es. El gran riesgo del día de descanso es que el cuerpo del ciclista se relaje demasiado y entre en un periodo de recuperación más lenta del habitual.

Esto puede suceder si el ciclista no realiza un ligero entrenamiento o si no recibe el tratamiento adecuado en forma de masajes o alimentación. En tal caso, cuando al día siguiente se vuelva a poner en marcha, le costara mucho más de lo normal arrancar, pues el cuerpo no estará preparado.

Aunque la recuperación depende de cada uno, en función de su estado de forma, de su edad, de su salud y del momento por el que esté pasando, lo cierto es que la norma general indica que los días de descanso lo ideal es salir con la bici a hacer unos kilómetros o sudar un poco haciendo rodillo. De ambas maneras se evita también la aparición de las temidas agujetas.

Evidentemente, la carga de trabajo no será muy alta, pero sí lo justo para desentumecer las piernas y mantenerlas calientes. En lo que sí se puede variar el ritmo normal que se lleva en los días que hay etapas, es en la alimentación y en los masajes.

Durante los días de descanso es imprescindible desayunar, comer y cenar bien, dejando de lado los famosos geles que se toman durante los días de competición. Así se ayuda al cuerpo a regenerar y cargar las pilas de forma natural. Del mismo modo, un cuidado extra en forma de más y mejores masajes siempre ayudará a descargar las piernas de manera más óptima para encarar el resto de días.

Quizá hoy la gente no lo vea, pero los ciclistas también tienen un duro día por delante. El objetivo: no quedarse fríos. Y, cuidado, porque en las jornadas de descanso no se compite contra los demás, sino contra uno mismo.

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