GP Alemania: Dieter Braun, el motociclista que unió a los alemanes durante un minuto

    • En 1971, su victoria en el Gran Premio de Alemania del Este permitió a los miles de aficionados elevar una protesta contra el represivo gobierno comunista en forma de canto.
    • Aunque su gesto no inició ninguna revuelta civil, sí que fue el punto de inflexión para que el Gran Premio dejara de celebrarse en la Alemania Democrática.

Puede que el nombre de Dieter Braun no se sitúe en las páginas doradas del motociclismo. En los nueves años que fue competidor del Campeonato del Mundo apenas sumó dos títulos y catorce victorias. En total disputó 112 carreras, en las cuales no logró ninguna 'pole'. Sin embargo, este alemán de poblada ceja y profunda mirada pasó a la historia por ser el único piloto de motos capaz de noquear a Alemania del Este sin inmiscuirse en temas políticos.

Ocurrió en el año 1971. Braun había debutado en el Mundial tres años antes y desde el 70 competía en tres categorías: 125cc, 250cc y 350cc. Como era habitual, a principios de julio el calendario señalaba la cita del Gran Premio de Alemania del Este, en la zona soviética. Aquel día once, Braun saltó dos veces al trazado de Sachsenring. En la primera de ellas, a lomos de su Maico del octavo de litro, rozó el podio en una carrera que ganó Ángel Nieto.

Minutos después, Braun volvió a enfundarse el mondo. Esta vez para cabalgar sobre su Yamaha de la desaparecida categoría de 350cc. Tras una carrera emocionante y peleada hasta el final, el germano acabó llevándose la victoria frente a los británicos Rodney Gould y Phil Read, que cruzaron la línea de meta segundo y medio más tarde que el ganador.

El protocolo obligó a la organización a colgar del mástil más alto la tan odiada bandera de Alemania Federal. Por supuesto, sonó el himno nacional de esta mitad del país. Fue entonces, cuando una simple victoria de un piloto de motos se transformó en un símbolo de la resistencia gracias a las doscientas mil personas que habían acudido al circuito.

La gran mayoría de ellas, sin temor y sin duda, entonaron desde las gradas el himno de Alemania Federal, ante la perplejidad y enfado de las personalidades políticas presentes en el circuito. Durante unos instantes, el mundo asistía a la declración pública de que los alemanes no querían seguir separados. La cosa quedó ahí, al menos hasta el año siguiente.

A partir de 1972, el gobierno del Este decidió que a la carrera sólo se podría acceder con una invitación, algo que sentó muy mal a la organización del Mundial de Motociclismo pese a que todos los pilotos que la solicitaron pudieron participar, incluido el propio Dieter Braun. El victorioso revolucionario esta vez no pudo ganar, aunque la gente pudo evocar lo vivido el año anterior al verle subir de nuevo al podio, en este caso al tercer peldaño.

Pese a que a la carrera pudieron acudir todos los pilotos que solicitaron invitación, a partir de 1973 el Mundial de motociclismo abandonó Alemania del Este, alejándose así de toda problemática de carácter político. Daba igual, el héroe de Sachsenring ya era inmortal: nadie olvidaría que gracias a su maestría a la hora de conducir una moto, miles de personas pudieron sentirse sencillamente alemanes con un canto a la libertad durante un minuto.

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