Greipel gana a Cavendish sin duelo

  • Una caída a dos kilómetros para la meta privó a la cuarta etapa del Tour de Francia del duelo entre los dos mejores esprinters del momento, el alemán André Greipel se impuso sin problemas porque el británico Mark Cavendish dio con sus huesos sobre el asfalto.

Luis Miguel Pascual

Rouen (Francia), 3 jul.- Una caída a dos kilómetros para la meta privó a la cuarta etapa del Tour de Francia del duelo entre los dos mejores esprinters del momento, el alemán André Greipel se impuso sin problemas porque el británico Mark Cavendish dio con sus huesos sobre el asfalto.

Los dos ciclistas, que no guardan una buena relación, se miran en la distancia, se miden, se vigilan. Pero Rouen no acabó como un nuevo escenario de sus batallas.

El marcador provisional del Tour de Francia reflejará un empate a un sprint, aunque el de la isla de Man podrá presumir de la ventaja moral porque venció al germano del este en el sprint de Tournai, cara a cara, mientras que en Rouen el duelo no existió.

Cavendishi y su maillot arco iris de campeón del mundo, sus 175 centímetros, se fueron a tierra cuando el sprint comenzaba a gestarse y el campeón del mundo entró en la meta de paseo. Su sprint más lento. Cariacontecido, serio, sin palabras. Con un gesto cerrado que decía todo. Se marchó sin decir nada. Guardó silencio para velar armas.

El campeón del mundo no se dañó demasiado y no tendrá problemas para continuar en carrera.

"Le deseo que no sea nada", lanzaba Greipel desde el podium de su triunfo, un tanto molesto porque todas las preguntas hicieran referencia a la ausencia de su rival.

Greipel ganó cómodo. Se subió al tren de su equipo, el Lotto, que le llevó en primera categoría hasta la meta. "En este equipo me siento bien, somos nueve amigos", resumió, exultante, el enorme alemán de 1,83 metros, que suma ya 14 triunfos esta temporada.

Fue su segundo triunfo en el Tour en su segunda participación, tras la que consiguió el año pasado en Carmaux, en la décima etapa, en aquella ocasión ante los bigotes de su íntimo enemigo.

Greipel es uno de los pocos ciclistas que este año ha logrado imponerse a Cavendish, que con el de Tournai suma 21 triunfos en la ronda gala.

El alemán derrotó al inglés en la Vuelta a Omán y soñaba con hacerlo, de nuevo, en el Tour. Pero, de momento, no lo ha conseguido.

Los papeles se han cambiado este año. En 2011, Cavendish tenía todo un equipo para su disfrute y acabó sumando cinco triunfos más el maillot verde de la regularidad.

Se le escapó una sexta victoria que le arañó un Greipel que, sin equipo, se colocó a rueda del tren de Man y le superó a base de potencia. Era su revancha contra un ciclista que había insistido para que el alemán se fuera de su equipo, para que no le hiciera sombra.

Cavendish le devolvió este año la moneda en la segunda etapa, con final en Tournai. El inglés no cuenta ya con un equipo a su disposición, porque el Sky está centrado en el maillot amarillo al que opta Bradley Wiggins, que quiere ser el primer británico en vestirlo en París.

En Tournai se aprovechó del trabajo del Lotto, se colocó tras la rueda de Greipel y acabó dando un hachazo definitivo que le dio la victoria más ajustada de su carrera.

Greipel acabó desquiciado aquella etapa, incrédulo por ver como toda la labor de sus compañeros se escapaba por un pelo.

"Pero demostré que no estaba muy lejos de Cavendish, al final, aquella etapa me ha dado moral", aclaraba tras ganar en Rouen.

El alemán toma cita para el futuro con su íntimo rival. "Espero que pronto podamos vernos las caras", asegura Greipel en un reto que augura un gran pulso en el Tour.

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