Wembley era el escenario perfecto para dar un golpe de autoridad. España salía con un equipo de garantías pero con muchas rotaciones, que fueron claves a la hora de no crear peligro con el balón. La zozobra española la ajustició Vardy con un penalti provocado y un gol que hacían casi impensable una remontada. Eso sí, nunca den por muertos a los de Lopetegui, y menos con Aspas en el campo.
En su debut, el del Celta se dejó el alma. Marcó un golazo que inició una remontada que fue culminada por Isco en el último suspiro. En 7 minutos España arregló el desastre provocado en 88. Lallana no perdona un error de Íñigo
España presentaba un once con rotaciones pero con garantías de sobra para dominar a una Inglaterra que no tenía otro plan que salir al contragolpe.
Las estadísticas al final de los primeros 45 minutos así lo escenificaron: 63% de posesión para España y 37% para los locales. El problema es que ese dominio de pelota no se tradujo en ocasiones.
Julen Lopetegui optó de inicio por una defensa de tres como en el partido ante Albania. Íñigo, Nacho y Azpilicueta formaban la retaguardia española y jugadores tan rápidos y habilidosos como Sterling y Vardy supieron a quién hincarle el diente: Íñigo Martínez.
El central de la Real Sociedad se vio desprotegido en la zaga y perdió varios balones que pudieron costar caro. De hecho, un error suyo al no despejar un centro lateral directo hacia Vardy supuso el 1-0 de Inglaterra.
El delantero del Leicester hizo al regate a Reina hacia la derecha y este cometió un penalti clarísimo. Lallana, el especialista del Liverpool desde los once metros, no falló y dio un premio exagerado a Inglaterra. Un equipo que, en cualquier caso, supo jugar su bazas.
Algo había que cambiar y desde la banda Lopetegui lo vio claro. El equipo volvía al esquema 4-3-3 y Silva comenzó a aparecer.
El capitán de la Selección, que cumplía 10 años desde su debut con 'La Roja', tomó las riendas e intentó varios pases al hueco para Thiago y Vitolo. Pero las impresiciones se sucedían e impedían a España crear peligro.
La preocupación crecía al ver cómo Sterling sí se encontraba a gusto en la derecha y ponía centros con muy mala intención. La primera parte no fue lo que se esperaba. Tocaba reaccionar. Aspas revoluciona el partido
Los cinco primeros minutos del segundo acto fueron una pesadilla. Clyne avisó con un tiro que despejó Nacho, pero Vardy no es tan indolente como el lateral inglés. Otra pérdida en la salida, centro lateral y el mejor jugador de la Premier el año pasado le gana la partida a Íñigo Martínez para hacer el 2-0.
Vardy celebró el tanto con un 'Mannequin Challenge' aunque los que parecían estar realmente paralizados eran los futbolistas españoles.Jamie Vardy celebrates scoring for @England with the #MannequinChallenge 😂👏 @itvfootball @geekanoids @jamieoliver @RasimMuratovic @garyvee pic.twitter.com/n0Wdf7tfjj— Tech LeCo (@techleco) 15 de noviembre de 2016
Lopetegui dio entrada a Aspas y Koke en el descanso y el gallego revitalizó el ataque español. Inició en la banda y jugó por todo el frente de ataque siendo una pesadilla para la defensa inglesa.
Después de que Reina salvase en primera instancia el 3-0, e Íñigo Martínez bajo palos en segunda, Silva tuvo en sus botas la oportunidad para recortar distancias.
El canario disparó dentro del área y el portero Heaton, que había entrado en el descanso, salvó como pudo. Aspas reclamó penalti en el rechace. El colegiado no señaló nada.
España quería pero no podía. Rashford entró y demostró su velocidad con una escapada en la que regateó a Reina en un 'déjà vu' de la acción del penalti, pero su ímpetu le hizo quedarse sin campo.
Parecía todo encaminado para una dura derrota de España, pero en el campo había un luchador. Iago Aspas, que había dejado muestras de su carácter y su ambición. Cogió la pelota, encaró a Stones, le amagó con una bicicleta y marcó un golazo.Brutal, Iago. Simplemente brutal. pic.twitter.com/20L5vWp62Y— NoticiasCelta.com (@noticiascelta) 15 de noviembre de 2016
Su disparo fue a la escuadra, tanto que la pelota tocó el poste y se fue a gol. Faltaban siete minutos y todo era posible. España se fue arriba en tromba y encontraría premio sobre la bocina.
Un centro de Carvajal en la última acción fue rematado por Isco a gol. España paralizó Wembley y le devolvió el 'Mannequin Challenge' a Vardy y compañía en el que fue el peor partido de la era Lopetegui.
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