Japón conquista oro olímpico por equipos y el imperio de Uchimura en la gimnasia no tiene fin

Kohei Uchimura siempre fue claro: quería el oro olímpico para el equipo japonés más que nada. Desde que asistió frustrado a cómo China destronaba a su país han pasado ocho años, diez títulos mundiales y un resbalón, hasta que el mejor gimnasta del mundo ha podido besar la medalla que le obsesionaba.

De su mano, el quinteto nipón volvió a subirse este lunes a la cima del podio olímpico doce años después de la última vez, en Atenas-2004. A partir de entonces los oros fueron propiedad de China, campeona en Pekín-2008 y Londres-2012, pero que en Rio palideció hasta el bronce.

La plata fue finalmente para Rusia tras un desenlace vibrante, donde las medallas estuvieron en el aire hasta que aterrizaron en el tapiz junto a Igor Radilov, último gimnasta de la rotación final y de cuya puntuación dependía la distribución de metales.

Pese a que todo podía pasar mientras se conocía la nota del ruso, en el rincón del equipo japonés ya nadie paraba quieto y se dibujaban sonrisas contenidas. La senda del triunfo abierta en el Mundial del año pasado, donde el quinteto nipón se proclamó campeón tras 37 años de sequía, parecía haberles conducido al destino soñado.

Con los seis títulos consecutivos que le acreditan como el gimnasta más completo del mundo desde 2009, Uchimura fue el encargado de cerrar la actuación de Japón con su ejercicio de suelo, en el que pese a estar menos preciso que en otras ocasiones, sumó su mejor nota de la tarde.

Difícil mantener los nervios templados cuando se tiene el objetivo de toda una carrera al otro lado del tapiz. Y esa es precisamente una de las noticias que han dejado estos tres primeros días de competición de la gimnasia artística en Rio, que aquel a quienes algunos llaman 'Superman' porque su precisión roza lo sobrenatural, también se estresa. Aunque sus excesos no pasan de diminutas fugas de autocontrol que rara vez se entrometen en sus objetivos.

Una de esas excepciones ocurrió en la final por equipos de Londres, que en la mente de este militante del perfeccionismo y la perseverancia todavía remite a su resbalón en los arzones y al color de la misma plata que ya se había colgado en su debut olímpico en Pekín.

Con 19 años, el joven Kohei comenzó a tejer su imperio con el segundo puesto que logró en el concurso general y en grupo que se llevó de China.

Tampoco le fue bien la clasificatoria del sábado, donde el equipo acabó en una decepcionante cuarta plaza, mostrándose más nervioso e impreciso de lo normal. Pero se recuperaron a tiempo.

Con casi tres puntos de ventaja, 'King Kohei' y los suyos, superaron finalmente a China, que pese a haber dominado la ronda previa, se deshinchó en el último momento y cometió errores impropios de un equipo tan disciplinadamente perfecto. Como la inesperada caída de You Hao en su salida de las anillas, aparato del que es subcampeón mundial.

La sorpresa, sin embargo, fue que Rusia se colara en el duelo entre las dos potencias asiáticas, después de no haber logrado una medalla olímpica por equipos desde el bronce de Sídney-2000.

La selección inglesa fue otra de las grandes perjudicadas del cambio de fuerzas en el podio, ya que se quedó a las puertas de revalidar el bronce de Londres y fue cuarta, por delante de Estados Unidos.

Pese al vibrante desenlace en el que Rusia llegó a aspirar a todo, Japón contenía una emoción almacenada durante demasiado tiempo y China se hundía en la frustración, gran parte de lo que ocurría en el practicable era un asunto brasileño para el público de la Arena Olímpica de Rio.

Clasificado por primera vez para unos Juegos, el equipo masculino del país anfitrión ya logró un éxito sin precedentes al meterse en la final, donde acabó sexto ante una hinchada que no dejó de animarles como a estrellas durante toda la tarde, incluso cuando las medallas comenzaban a quedar demasiado lejos.

La peor suerte la corrieron Alemania y Ucrania, relegadas a las dos últimas plazas de una final que fue también el fin de una época.

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