"Mis padres estaban trabajando y viviendo en Barcelona. Viví ocho años y pico y todos mis recuerdos son buenos de allí", afirma en conversación con la AFP.
Murphy es uno de los dos jugadores 'españoles' presentes en cuartos de final del Mundial de rugby, junto al escocés Sam Hidalgo-Clyne, de padre andaluz y nacido en Granada hace 22 años.
El jugador irlandés nació el 22 de abril de 1991, un día antes de la celebración de Sant Jordi, patrón de Cataluña, y en el hospital sugirieron que el recién nacido podría llamarse Jordi, idea que gustó a sus padres.
"El castellano fue mi primer idioma. Se me olvidan algunas palabras y lo intento practicar un poco. Con mi hermana hablaba en español y los dos primeros años tras volver a Irlanda seguíamos haciéndolo", añade.
Su familia vivía cerca de la Plaza de Cataluña, en pleno centro de Barcelona, y tras su regreso a Irlanda le hizo falta un año para adaptarse al idioma inglés, que le costaba entender.
Tras estar jugando al fútbol en Barcelona hasta los ocho años, en su primer día en la escuela, en la provincia de Dublín, le dieron un balón ovalado y empezó a familiarizarse con el rugby. Tardó dos o tres años en comprender las reglas de este nuevo deporte.
Quince años después de llegar a Irlanda, el tercera línea del Leinster, ha ganado dos veces el Torneo de las Seis Naciones con su país.
Su vida en Barcelona le marcó de tal manera que es un fanático del equipo más conocido de la ciudad.
"Voy una a dos veces al año a Barcelona y al Camp Nou. Soy muy culé y me gusta ir a un par de partidos cada año. La última vez fui al estadio con mi novia. La próxima vez con amigos posiblemente", explica.
Sobre su jugador preferido en el Barcelona, no tiene dudas. "No puede ser otro que Messi. Ha estado fenomenal, increíble en los diez últimos años con el Barça", afirma.
"También me encanta Iniesta. Ha marcado unos goles muy importantes para el Barcelona y con España también", añade.
Pese a ser un país eminentemente futbolístico, Murphy piensa que España se interesa cada vez más por el rugby, aunque reconoce que es difícil que llegue a ser popular.
"Puede que el rugby empiece a crecer en España. Desde que empecé a jugar con Irlanda, he recibido muchos mensajes de personas de España que están interesados. Allí gusta tanto el fútbol que no sé, pero quizá en el futuro", indica.
En el Mundial, fue titular en el primer partido, contra Rumania y después el técnico no volvió a contar con él.
"Hay que esperar y ver si juego contra Argentina, pero si tengo una oportunidad la agarraré con las dos manos. Sentí que jugué bien contra Rumania, pero los técnicos pusieron otro equipo en el siguiente partido y tuve que aceptarlo y apoyar a mis compañeros", señala.
"Ha sido duro y decepcionante, pero es una de esas cosas que hay saber encajar. Hay que dejar de lado la decepción y frustración y trabajar para el colectivo", añade.
Murphy cree que Argentina ha mejorado mucho en los últimos años, desde que juega el Rugby Championship.
"He jugado dos veces contra ellos. Son muy peligrosos en ataque y tienen esa potencia física que suelen tener los equipos argentinos. Jugar en el Rugby Championship les ha ayudado mucho al tener muchos partidos de alto nivel", concluye.
Jordi Murphy espera jugar el domingo contra Argentina y ganar. Una vez que termine el Mundial, pensará en alguna nueva escapada al Camp Nou.
psr/jt
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