La conjura blanca empieza ante el Sevilla… y finaliza en abril

  • El vestuario blanco está dolido. La derrota ante Osasuna en el Reyno de Navarra hizo mucho daño a la moral de un grupo que vio como su máximo rival por la Liga se marchaba a siete puntos tras ser incapaz de ganar a un equipo que está luchando por evitar el descenso. Fue tropiezo doloroso e inesperado, con consecuencias que pueden ser definitivas.
Aitor Amorós

Mourinho ha centrado los dos entrenamientos posteriores a la derrota en Pamplona en intentar convencer a sus jugadores de que quedan muchos puntos, y en concreto, varios títulos en juego. El entrenador blanco, apoyándose en los pesos pesados de la plantilla (Casillas, Ramos, Alonso, Ronaldo,…), quiere trasmitir a todos las instancias del club que si bien la Liga está un poco más complicada que antes, por la diferencia con el Barcelona y la regularidad de éstos, la Copa es un título que está al alcance de la mano (la vuelta ante el Sevilla en el Bernabéu y la final).

El luso también tiene mucha confianza en la Champions, una competición que él domina y en la que confía hacer un gran papel con la plantilla centrada. Es el gran objetivo de la temporada. La Copa del Rey sería el mínimo exigible, el título que calmaría el hambre que existe en la entidad madridista, A sus jugadores les ha pedido un esfuerzo extra, que no haya despistes, y que mantengan ante el Sevilla el nivel que han ofrecido en esta competición. 

El técnico luso, que ha justificado el traspié ante Osasuna por el cansancio acumulado y la falta de costumbre que tiene su plantilla de disputar encuentros cada tres días, quiere formar una "piña" con la que evitar que las críticas y las comparaciones con el Barcelona afecten a la moral. Mourinho tiene un temor: que sus futbolistas cojan complejo respecto a los azulgranas.

Objetivo: desbancar al Barça en abril

En el vestuario blanco hay un plan, tienen una táctica para intentar dar un golpe de mano a la situación actual y recuperar la iniciativa ante el Barcelona. Este tiene fecha para su desarrollo, mediados de abril, varios condicionantes (superar la eliminatoria ante el Sevilla, no perder más comba en la Liga, seguir vivos en Champions,…), y dos acciones puntos clave: el clásico del Bernabéu del 16 de abril y la final de Copa del 20 del mismo mes.

Tiene la certeza la plantilla del Real Madrid, Mourinho y su cuadro técnico incluidos, de que pueden marcar un antes y un después en la temporada, y en el dominio actual de los de Guardiola, en el caso de ganar esos dos duelos en cinco días. Pero es un arma de doble filo: en el caso de perder ambos, los blancos verían al Barcelona como un gigante al que no pueden tumbar. El primer paso, este miércoles frente al Sevilla.

 

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