La "cortina de humo Casillas" se revuelve contra Mourinho

Juan José Lahuerta

Madrid, 6 ene.- El caso Iker Casillas vivió otro capítulo durante el encuentro ante la Real Sociedad. Por segunda vez, José Mourinho sentó en el banquillo al capitán madridista para alimentar un debate que poco tiene que ver con la mala situación de su equipo en la Liga. Sin la "protección" de un público ajeno, pudo comprobar cómo su cortina de humo se revolvió contra él.

La suplencia de Casillas en Málaga, donde el cuadro blanco se fue de vacaciones a 16 puntos del Barcelona, espantó casi todas las opiniones sobre los verdaderos males y errores del Real Madrid, tapados por una decisión de Mourinho que convence a muy pocos.

La ausencia de Casillas en aquel once inicial se cimentó en una decisión técnica, según corroboró su entrenador, que declaró que en aquellos momentos Antonio Adán estaba en mejor estado de forma. Por eso, con pocos entrenamientos tras las vacaciones, el técnico portugués tenía que ser consecuente. Si Casillas estaba peor, la teoría dictaba que iba a seguir estándolo tras el descanso navideño.

Hasta el encuentro ante la Real, apenas se habló de las carencias en ataque del Real Madrid, de aquella pegada que tuvo el año pasado y que ha perdido esta temporada o de la falta de contundencia defensiva en algunos momentos. En definitiva, de la ausencia de muchas de las cualidades con las que se proclamó campeón batiendo récords la pasada temporada.

Delante de los focos quedó Casillas. Su suplencia bastó para esconder los males madridistas con más de diez días por delante para especular sobre su posible regreso a la portería. Sin embargo, en esta ocasión, el público del Santiago Bernabéu iba a ser el encargado de dictar sentencia.

Diez minutos antes del inicio del encuentro contra la Real, Mourinho tuvo que soportar una sonora pitada por parte de casi todo el estadio. Cuando su nombre sonó por megafonía en las alineaciones, sólo se escucharon silbidos en el Bernabéu. Todo lo contrario que con Casillas, que se llevó una gran ovación.

Y a veces el destino es cruel y el tercer protagonista de esta historia, Antonio Adán, fue expulsado al inicio del duelo tras derribar al mexicano Carlos Vela. Mourinho tuvo que contemplar otra nueva ovación para su 'cortina de humo', que fue jaleado de nuevo cuando saltó al terreno de juego para intentar detener el penalti que finalmente transformó Xabi Prieto.

Fue el segundo golpetazo moral que se llevó Mourinho. Antes, Casillas no le miró cuando le dio las pertinentes instrucciones antes de salir al campo. El mejor portero del mundo, nombrado así esta semana por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS), escuchaba pero sólo pensaba en cuajar un gran partido.

No fue el mejor, salió nervioso, hizo una cesión peligrosa a un rival y seguidamente despejó mal un córner que a punto estuvo de costar un disgusto al Real Madrid. Pero el juicio ya estaba hecho y lo había ganado. El público está con él y, tal vez, también contra su entrenador.

En el otro juicio al que se sometió Mourinho, esta vez voluntario, obtuvo una pírrica victoria. Fue en el choque contra el Atlético de Madrid, cuando saltó al campo una hora antes para escuchar silbidos o aplausos de su hinchada. Escuchó aplausos, pero de apenas 5.000 espectadores.

Algo más de un mes después de aquello, fue casi todo el estadio el que dio su opinión. Casillas, involuntariamente, provocó un juicio de verdad y que perdió Mourinho por goleada. Escuchó la mayor pitada hacia su figura desde que fichó por el Real Madrid. No la provocó la marcha errática de un equipo que volvió a la senda de la victoria ante la Real (4-3). La causó una cortina de humo que se volvió contra su creador, el técnico portugués.