La falta de partidos despide a Moyá de Australia ante Marchenko

Melbourne (Australia).- El español Carlos Moyá se despidió a las primeras de cambio del Abierto de Australia, un torneo que nunca podrá olvidar, al ceder hoy ante el ucraniano Illya Marchenko, de la fase previa y 119 del mundo, por 7-6 (2), 7-5 y 6-3.

Moyá, finalista del torneo en 1997, tuvo oportunidades en los dos primeros sets para cambiar el signo del encuentro, pero no acertó a convertirlas. Sacó en el primero para ganarlo con 5-3, y en el segundo dispuso incluso de una bola de parcial, pero le faltó la confianza propia de la competición para confirmarlas.

El mallorquín había vuelto a las pistas después de casi un año de parón por diversas lesiones y tras ser operado del dedo gordo del pie derecho en Barcelona en abril del pasado año. Hace dos semanas, en su debut, había caído en el torneo de Madras frente al serbio Janko Tipsarevic.

A sus 33 años el ex número uno del mundo se encuentra "físicamente perfecto", como señaló su entrenador el madrileño José Manuel Clavet, pero nota esa ausencia de competición. "En este juego se trata de aprovechar las oportunidades y yo no he aprovechado ninguna", dijo hoy.

"Quizás me falta estar más serio en esos momentos en los que afronto ganar un set o un partido, y es algo que no he tenido oportunidad de hacer en estos últimos meses", añadió Moyá.

"Obviamente no estoy como cuando tenía 20 años", admitió el ganador de Roland Garros en 1998, "pero me he entrenado muy fuerte en los últimos meses y he hecho la pretemporada más larga de mi carrera. Lo que me da fuerzas es que entrenándome gano partidos y sets, y mi nivel en el entreno es mucho más alto que en el partido. Me falta estar en esa situación de tensión y dar el callo en esos momentos", dijo.

Para Moyá regresar al circuito ha supuesto confirmar una ilusión. Ha luchado mucho, peleado contra el dolor y se ha encontrado con el apoyo de su novia, la actriz Carolina Cerezuela, que le ha acompañado a Australia y quiere hacerlo durante toda la temporada.

Ahora jugará los torneos en los que ha recibido invitación, caso de Buenos Aires y Acapulco, y espera incluso obtener alguna más en Indian Wells. "En los que no, espero entrar con mi ránking protegido y luego jugar la temporada europea, y a partir de ahí, a ver cómo va la cosa", añadió el mallorquín.

"Quiero darme la oportunidad, porque llevo diez meses sin competir y es muy duro volver, competir de nuevo, sobre todo en los primeros torneos, que es más difícil, pero creo que el nivel está y puedo dar el susto a alguno", dijo Moyá, que recordó que después de la operación y tras verse el pié pensó que no volvería a jugar nunca.

"Hubo momentos muy difíciles, como el primer día que fui a entrenarme, con kilos de más y después de cinco meses sin tocar la raqueta. Siempre tuve claro que con mi pie así podía hacer vida normal y que si me operaba era para terminar bien mi carrera. Ahora el dolor no está y lo que recuerdo es que siempre quise volver", relató.

"Pero claro que ha habido días de dudas, de preguntarme si merecía la pena esforzarme tanto, tener dolor y sufrir para estar aquí. Pero una vez que he llegado, veo a la gente y a los compañeros, todo eso se me ha olvidado".