La lluvia no agua la fiesta de Nadal

  • La lluvia, invitado de excepción de la 111 final de Roland Garros, que obligó a acabar hoy el partido que comenzó ayer, domingo, no aguó la fiesta del español Rafael Nadal, que confirmó el triunfo con un resultado de 6-4, 6-3, 2-6, 7-5 ante el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.

Luis Miguel Pascual

París, 11 jun.- La lluvia, invitado de excepción de la 111 final de Roland Garros, que obligó a acabar hoy el partido que comenzó ayer, domingo, no aguó la fiesta del español Rafael Nadal, que confirmó el triunfo con un resultado de 6-4, 6-3, 2-6, 7-5 ante el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.

Es la primera vez desde 1973 que el torneo acaba un lunes y pone de manifiesto que el Grand Slam de tierra batida necesita urgentemente una pista cubierta, puesto que es el único grande que carece de ella junto al Abierto de Estados Unidos.

Pero es la cuarta vez que Nadal y Djokovic se ven obligados a jugar una final en lunes: en dos ocasiones en el Abierto de Estados Unidos y en la pasada del Masters 1.000 de Roma.

La lluvia marcó buena parte de la final. El domingo se jugaron tres sets y se comenzó el cuarto, pero los últimos minutos se hicieron bajo el agua.

Sólo la intensificación del fenómeno y las protestas de Nadal llevaron a los responsables a parar el encuentro cuando el marcador reflejaba un 6-4, 6-3, 2-6, 1-2 a favor del mallorquín.

Antes, el encuentro ya se había detenido poco más de media hora poco antes del final del segundo set por el mismo fenómeno.

La lluvia no había perturbado mucho el desarrollo de la quincena, a diferencia de lo que sucedió en 1973, cuando obligó a retrasar dos días la final, que se jugó un martes y que Ilie Nastase ganó a Niki Pilic por 6-3, 6-3, 6-0.

El rumano rememoró aquel partido y, en su memoria, aparte del triunfo, quedaron grabadas las gradas vacías de un público que dio la espalda a un torneo marcado por las tormentas.

No fue el caso hoy. El público acudió a ver la final entre los dos mejores tenistas del momento, aunque no llenaron las gradas como había sucedido la víspera.

"Me sorprendió ver a tanta gente entre el público", aseguró Djokovic.

El serbio señaló que la interrupción de hoy pudo perjudicarle, aunque no lo puso como excusa para explicar su derrota. "Se produjo cuando mejor estaba jugando, creo que podía haber forzado el quinto set", aseguró el serbio.

Pero Nole también reconoció que la primera interrupción pudo ir en su beneficio.

Desde el campo de Nadal, la actitud de los jueces fue muy criticada en cuanto a lo que fueron los parones por la lluvia.

Su argumento es que dejaron jugar demasiado tiempo del quinto set y que, en esas circunstancias, las pelotas mojadas perjudicaban el juego del español, que no podía utilizar sus famosos efectos.

Pese a ello, el partido siguió en medio de un suave pero constante aguacero que acabó por convertir en un lodazal la tierra batida de París.

"Es cierto que no llovía mucho, pero no dejó de llover y eso acaba calando el piso. Además, cuando la bola llega a la lona, donde se concentra mucho agua, se empapan", afirmó Toni Nadal, tío y entrenador del séptuple campeón.

El técnico reconoció que su pupilo estaba anoche más nervioso que de costumbre: "Cenó solo en su habitación, no quería saber nada de nadie".

Lo cierto es que finalmente se produjo el parón, justo cuando Nadal había conseguido anotarse un juego con el que rompió la racha de ocho consecutivos del serbio.

"Me sorprendió que se jugara una hora bajo la lluvia. Djokovic ha podido resbalar, había botes extraños", dijo el francés Sébastien Grosjean.

La organización declinó toda responsabilidad y no quiso entrar en polémicas. Roland Garros tiene previsto someterse a una profunda renovación de sus instalaciones que incluye la construcción de una pista cubierta, algo que estará listo en 2017.

Por el momento, la lluvia privó a Nadal de algunos de los "vips" que habían acudido a apoyarle el domingo, como la infanta Elena o el ministro de Cultura y Deportes, José Ignacio Wert.

Quien sí que se quedó fue el jugador de baloncesto Pau Gasol, que se fundió en un abrazo con el mallorquín al término del encuentro.

Mostrar comentarios