La maldición portuguesa atormenta al Sevilla

  • Esta temporada el equipo hispalense tiene una bestia negra: el fútbol luso. Si en la previa de la Champions League fue el Braga el que eliminó al conjunto andaluz, este jueves fue el Oporto el que dejó encarrilada la eliminatoria de la Europa League al vencer 1-2 en el Sánchez Pizjuán.
1-2. El Oporto sorprende a un Sevilla obligado a remontar en tierras lusas
1-2. El Oporto sorprende a un Sevilla obligado a remontar en tierras lusas
Aitor Amorós

Ni la llegada de Gregorio Manzano, ni los fichajes en el mercado de invierno, ni la apuesta ofensiva con cinco atacantes,… El Sevilla no fue capaz de lograr un resultado favorable ante el Oporto en la ida de dieciseisavos de final, y romper así la "maldición" que esta temporada tiene ante los conjuntos del país vecino.

El Braga asestó a inicios de campaña un golpe tan duro como inesperado al mentón hispalense, del que todavía no se ha recuperado. Cuando todos en Sevilla confiaban que sería cruce fácil y se veían ya en la Fase de Grupos de la Champions, los portugueses ganaron ambos partidos (1-0 y 3-4), y sellaron su billete, avocando al equipo entonces dirigido por Antonio Álvarez.

En esta ocasión estaba enfrente el mejor equipo de Portugal, un Oporto que comanda con autoridad la Liga Sagres, donde saca once puntos al Benfica y veintitrés al Sporting de Lisboa, segundo y tercer clasificado respectivamente. Los blanquiazules están invictos, tanto en la competición doméstica como en la Europa League. En el Pizjuán demostró una vez más que tienen nivel para disputar la Champions, imponiéndose en un duelo muy físico en el que supo aprovechar, como los equipos grandes, los errores de su rival.

La apuesta ofensiva de Manzano no funcionó

Uno de los grandes damnificados de esta derrota es Gregorio Manzano. El entrenador jienense, muy cuestionado por la afición y con la directiva pensando ya en su relevo, tenía ante el Oporto una de sus últimas oportunidades para reivindicarse. Apostó por jugársela con una alineación tremendamente ofensiva, con cinco jugadores de ataque como Kanouté, Luis Fabiano, Navas, Perotti y Rakitic.

El objetivo de Manzano era obligar al equipo luso a pensar más en defender que en acercarse a Palop, cortando el flujo de balones a Hulk, su gran estrella. El Oporto, un equipo muy bien trabajado por André Villas-Boas, no cayó en la trampa y supo hacer frente al juego hispalense. Estrenaron el marcador, y tras el empate logrado por Kanouté, volvieron a marcar.

Con el partido de vuelta pendiente de jugar en Estadio do Dragão, salvo machada de los del Nervión, el Oporto tiene en su mano el pase a octavos, y alargar la maldición lusa del Sevilla.

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