La Orquesta Sinfónica de Londres se abre camino en China

  • La Orquesta Sinfónica de Londres, que próximamente grabará la música de las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en esa capital, ha dado un gran paso para hacerse un hueco en China, que aprecia su visita como un gesto hacia los anteriores anfitriones olímpicos.

José Álvarez Díaz

Shanghái (China), 6 mar.- La Orquesta Sinfónica de Londres, que próximamente grabará la música de las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos que se celebrarán en esa capital, ha dado un gran paso para hacerse un hueco en China, que aprecia su visita como un gesto hacia los anteriores anfitriones olímpicos.

Tras pasar por Seúl, la orquesta (LSO, en inglés), una de las mejores del mundo, ha centrado en los últimos días su gira asiática de este año en China, con dos dobles conciertos en Pekín y en Shanghái, en un despliegue de música contemporánea británica y rusa y de la mano de dos jóvenes solistas en plena ascensión.

Al prestigio de la orquesta y de su actual director, el ruso Valeri Gergiev, se sumaron para esta ocasión dos solistas virtuosos ideales para apasionar al incipiente pero entregado público chino: la que fue "niña prodigio" surcoreana del violín, Sarah Chang, y el no menos genial pianista ruso Denis Matsuev.

El objetivo de la orquesta, que acaba de concluir la cuarta gira china de su historia, es poder acudir al país oriental, a partir de ahora, cada año o dos años, reveló a Efe su directora de gestión, Kathryn McDowell, a lo que ayudará su primer patrocinio chino, recién estrenado con el banco estatal ICBC.

"Hasta ahora, es como que cada vez que veníamos teníamos que construir desde cero (la relación con el público), pero ahora ya empezamos a estar en una fase en la que podemos ir un poco más allá, ya no tenemos que empezar desde el principio, y la gente ya nos reconoce y nos sigue" en el gigante asiático, dijo McDowell.

Además en esta ocasión, "al poder hacer (por primera vez) dos conciertos en cada ciudad, tenemos mucho más calado (en el público local) que con simplemente aterrizar en paracaídas y marcharte enseguida", añadió, lo que además permite "explorar de verdad el repertorio un poco más".

La LSO trajo esta vez obras del británico Benjamin Britten y su amigo soviético Dmitri Shostakovich, así como de los también rusos Tchaikovsky y Prokofiev, incluidos el "Concierto para violín Número 1" de Shostakovich y el "Concierto para piano Número 3" de Prokofiev, ideales para lucir la brillantez de Chang y de Matsuev.

El entusiasmo del público de Shanghái fue evidente en los rostros y las exclamaciones de muchos espectadores en el concierto de esta noche, ante las improvisaciones de jazz de Matsuev en los bises o en los momentos más espectaculares de la "Sinfonía Número 5" de Shostakovich.

"La música del siglo XX es relativamente reciente, y China tiene muchos miles de años de historia, pero es una buena combinación en ambos sentidos", dijo Gergiev, preguntado en rueda de prensa sobre la evolución del público chino, que parece estar empezando a seguir el camino de maduración que vivieron antes Corea y Japón.

"La música siempre es joven, y creo que la cultura musical aquí en China está en un camino de crecimiento, y lo importante es eso, que la dinámica en China es claramente de más y más crecimiento", añadió.

"Recuerdo que la primera vez que vine a China sonó un teléfono Nokia y luego en los bises me puse a hacer una improvisación especial", como una broma, sobre la conocida melodía, tomada, por cierto, de un vals del compositor español Francisco Tárrega, recordó Matsuev.

El hecho de que sonara el móvil en pleno concierto "creo que era absolutamente normal, porque era una audiencia nueva, que venía a un concierto como por primera vez", comentó, y coincidió con Gergiev en destacar el calor especial que transmite siempre el público chino.

"Creo que el público en China expresa sus emociones de una manera muy abierta, muy emocional, e incluso la orquesta se revitaliza, porque si al tocar sale algo grande, la acogida nos parece todavía más grande", aseguró el director ruso.

Gergiev y McDowell destacaron también la importancia de que se estén construyendo tantas nuevas salas de conciertos en las principales urbes chinas, porque "en 15 o 30 años" tendrán orquestas propias y atraerán a cada vez más músicos de todo el mundo, por lo que es algo "muy importante" para fomentar la afición a la música.

"La música del siglo XX está absolutamente en la sangre de la LSO", concluyó McDowell", para añadir que "también tenemos que pensar en la del siglo XXI, y espero que con el tiempo podamos desarrollar conexiones entre lo que ya hacemos con jóvenes compositores británicos y, tal vez, jóvenes compositores chinos", una posibilidad que le "encantaría".

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