La Penya se pone la piel de cordero para presentar batalla ante el Regal Barcelona

Madrid.- El Regal Barcelona, defensor del título de Copa, se enfrentará en cuartos de final a un DKV Joventut que se ha puesto la piel de cordero para presentar batalla a su más enconado rival de siempre.

Desde hace 23 años ningún equipo ha conseguido ganar la Copa del Rey dos años de forma consecutiva, pero este Barcelona líder de la Liga, junto al Real Madrid, de su grupo del 'Top 16' de la Euroliga y que está invicto en lo que va de año, se siente con fuerzas para intentarlo.

Xavi Pascual, entrenador de los azulgranas, se ha encontrado con el mejor problema que puede tener un técnico, el exceso de jugadores, tras la recuperación de Pete Mickeal.

Pascual deberá decidir entre el propio Mickeal, Anderson y Morris qué dos jugadores extracomunitarios comienzan el partido ante el DKV Joventut.

Entre los verdinegros, los problemas llegan por todo lo contrario, por la falta de efectivos por las lesiones de Henk Norel y Carl English, dos bajas más que importantes en la plantilla más joven de cuantas participan en la Copa.

"Vamos a tratar de hacer una buena competición y llegar con la mejor cara posible, aunque el cuerpo esté regular", declaró José Vicente 'Pepu' Hernández, técnico de los verdinegros.

Jordi Trias, jugador del Joventut y ex del Barcelona, aseguró que "es la competición en la que hay más opciones, porque es solo un partido".

"Si hacemos las cosas bien podemos tener nuestra oportunidad", dijo Trias, que reconoció que eliminar al Barcelona "sería una sorpresa por la situación actual de los dos equipos", pero "en la Copa y a un partido se puede ganar".

A los condicionantes especiales de un partido de cuartos de final de Copa se unen los de ser un derbi a seiscientos kilómetros de las dos pistas habituales en la que se celebran. Un aliciente más para jugadores y aficiones.

El Regal Barcelona tratará de imponer su músculo y calidad desde el primer minuto, mientras que el Joventut buscará frenar inicialmente a su rival, evitando que se marche en el marcador en los primeros minutos y, después, intentará que el partido discurra como en una especie de guerra de guerrillas, con canastas rápidas y una buena defensa.

Además, si el Barcelona viene de ganarlo todo en 2011, la Penya lo hace tras sufrir una dolorosa derrota en casa ante un Asefa Estudiantes irregular.

Pero en la Copa nada existe antes, nada importa, y todo se reduce a un partido, al presente más rabioso, a cuarenta minutos de enfrentamiento directo. Es la única oportunidad de los débiles ante los poderosos.