Las claves que complican el futuro de Luis Enrique en el banquillo del Barcelona

    • Al entrenador asturiano se le acraba el crédito en el banquillo y ha decidido ponerse trabas al retar a Messi.
    • Casi tres años después el Barcelona sigue buscando al nuevo Guardiola, algo sencillamente imposible.

El efecto dominó ha comenzado en Barcelona. El primero en caer fue Zubizarreta, el segundo Puyol (por voluntad propia) y el tercero podría ser Luis Enrique. La situación deportiva, la tensa relación del técnico con Messi y el dudoso manejo de la plantilla por parte del asturiano le han puesto en jaque. Bartomeu, el presidente no electo que más tiempo se ha mantenido en el cargo, le entregó el proyecto, pero ahora se da cuenta de que no puede perder al mejor jugador del mundo.

Casi tres años después el Barcelona sigue buscando al nuevo Guardiola, algo sencillamente imposible. Un entrenador con capacidad para controlar los egos, mantener la excelencia futolística del equipo y colmar de trofeos las vitrinas. La situación deportiva es una decadencia constante salvó en los primeros meses de Vilanova, que llegó incluso a mejorar los números de Pep. Jordi Roura no pudo suplir su ausencia y el 'Tata' Martino se vio desbordado por el entorno y la presión mediática. Luis Enrique era el elegido. ¿Lo sigue siendo?

Mala situación deportiva

Luis Enrique lleva 41 goles en 17 jornadas de Liga, 3 derrotas y 38 puntos. Es la cifra más baja desde los 32 goles, 3 derrotas y 34 puntos de la 2007/2008 con Rijkaard en el banquillo.

La cifra de goles del equipo con el asturiano en el banquillo es mucho menor a los 49 goles del equipo de Tata Martino a estas alturas de competición en la temporada pasada, los 57 tantos que habían conseguido con Tito Vilanova en la 2012/2013 o los 54 que consiguió en 2011/2012, año de la liga de los récords de Mourinho, y que fue el último de Guardiola en el Camp Nou.

Bajo las órdenes del ahora técnico del Bayern de Múnich las cifras goleadoras en la jornada 17 de Liga también fueron sobresalientes. En la 2008/2009 acumulaban 51 tantos, en 2009/2010 tan sólo un gol más (42) y en la 2010/2011 53 tantos.

Al igual que las cifras goleadores, este equipo de Luis Enrique es el que menos puntos ha conseguido desde el último año de Rijkaard (34 puntos en las primeras 17 jornadas). Este Barcelona acumula 38 puntos en 17 jornadas, un dato bajo comparados con los 46 de Gerardo Martino, 49 de Tito, o 40, 46, 43, 44 en los cuatro años de Pep Guardiola.Difícil gestión de la plantilla

Desde la portería a la delantera, Luis Enrique ha tenido que tomar díficiles decisiones en todas las líneas. Esto es algo obvio en un equipo de élite como el Barcelona donde se le criticó al 'Tata' Martino que fuera tan condescendiente con los futbolistas. El asturiano ha querido imponer su liderazgo en el vestuario, pero no ha podido o no ha sabido. Eligió a Claudio Bravo, su hombre de confianza cuando el club le había fichado a Ter Stegen, un portero de futuro que no lleva nada bien su suplencia. Su foto con Messi reivindicando al futbolista argentino lo deja claro.

El gran enigma del lateral derecho le ha marcado. No le queda otra que utilizar a Dani Alves de lateral porque no confía en Douglas. A Montoya le tuvo castigado sin jugar hasta que el lateral pidió marcharse y entonces fue titular en Anoeta. Gran parte de la culpa la comparte con Zubizarreta. Fichaje frustrado de Vermaelen y Mathieu, de más a menos.

Rakitic es otra de las dudas. Llegó para suplir a Xavi y no ha logrado convencer a Luis Enrique, que confía en el capitán para partidos importantes. Veáse el Bernabéu. El estadio donde entregó la titularidad a Luis Suárez después de cuatro meses inactivo. El experimento no salió bien.

Messi, las vacaciones y el expediente

El Barcelona es Messi y 10 más. Para lo bueno y para lo malo. El ego de Messi vale más que el ego de Luis Enrique. La relación entre Leo y el entrenador no ha sido fluida desde que comenzó la temporada y Bartomeu ha decidido ponerse ahora del lado del jugador. Una posible macha de Messi significaría el final de su mandato, que espera renovar en las elecciones de 2016.

El lío de las vacacaciones ha sido la gota que ha colmado el vaso. Messi, como Neymar y Alves, llegaron el día 2 con el permiso del entrenador. Dos días después fueron suplentes en Anoeta y el Barcelona perdió, con el consiguiente enfado del jugador argentino. Messi no se presentó al entrenamiento posterior alegando gastroenteritis. Los niños lamentaban la ausencia de Messi y Luis Enrique no la entendía.

El asuriano quiso expediantarlo por ausentarse del entrenamiento y fueron los capitanes de la plantilla Xavi, Iniesta y Busquets quienes convencieron a Luis Enrique para que se replanteara la situación y no multara a Messi. Le hicieron ver que la complicada situación deportiva del equipo se agravaría aún más.

Un nuevo tropiezo, el próximo domingo en el Camp Nou ante el Atlético pondría a Luis Enrique contra las cuerdas. El Camp Nou le ovacionó a principio de la temporada, pero no tanto en los últimos partidos. El domingo volverá a hablar.

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