Leo regresa a Vallecas como hijo pródigo y entre aplausos

  • Después de su fichaje por el Atlético en junio de 2013 y su cesión al Betis en enero de este 2014, lo que acarreó un gran malestar entre la afición del Rayo, el brasileño Leo Baptistao regresó hoy entre aplausos con la camiseta franjirroja al estadio de Vallecas, donde tantas tardes de gloria pasó hace dos temporadas.

David Ramiro

Madrid, 14 sep.- Después de su fichaje por el Atlético en junio de 2013 y su cesión al Betis en enero de este 2014, lo que acarreó un gran malestar entre la afición del Rayo, el brasileño Leo Baptistao regresó hoy entre aplausos con la camiseta franjirroja al estadio de Vallecas, donde tantas tardes de gloria pasó hace dos temporadas.

La historia de Leo Baptistao con el Rayo Vallecano es la historia del hijo pródigo que quiso cambiar de aires para crecer como futbolista, pero que ahora, poco más de un año después de su marcha, ha regresado al club en el que se formó para tomar impulso, jugar, tener minutos y ser importante en un equipo.

Su vuelta al Rayo ha venido avalada por una persona, el técnico Paco Jémez, que hace justo dos años creyó en él para subirlo del filial al primer equipo y hacerle creer que estaba llamado a ser importante en una plantilla que hizo historia con un octavo puesto en Liga, algo que nunca había logrado el club madrileño.

Hoy, ante el Elche, era una incógnita saber cómo recibiría la afición rayista a Leo, sobre todo después de su cesión al Betis en enero cuando el equipo madrileño también quería hacerse con sus servicios.

La parroquia franjirroja olvidó tiempos pasados y recibió a su jugador como al resto de la plantilla, entre aplausos y gritos de ánimo. El ejemplo más notorio fue cuando en el minuto 83 fue sustituido por Alex Moreno y parte del público le despidió puesto en pie desde la tribuna central.

Durante el partido, su aportación al equipo fue notable en ataque, aunque su juego quedó eclipsado por lo negado que se mostraron sus compañeros, y él mismo, para materializar las ocasiones de las que dispuso. El brasileño se mostró vertical y rápido en las transiciones, aunque lento en la ejecución, lo que le impidió marcar.

Su ocasión más clara llegó a los 56 minutos con un disparo raso que se marchó desviado por el palo derecho de la portería defendida por el polaco Przemyslaw Tyton.

El último recuerdo de Leo en Vallecas era del pasado 20 de abril, cuando jugó con el Betis y, además de una derrota que prácticamente consumó el descenso del equipo sevillano a Segunda, se llevó una sonora pitada cuando saltó al césped por primera vez para realizar el calentamiento y después en sucesivas acciones del encuentro.

Su vuelta al Rayo ha tenido un efecto colateral para un compañero que, en su presentación oficial, dijo estar muy ilusionado en esta nueva etapa profesional después de su paso por el Villarreal: Jonathan Pereira. El gallego, que comparte demarcación con Leo, se ha quedado fuera de las últimas dos convocatorias en detrimento del brasileño.

"Arriba hay mucha gente y, a pesar que de fue titular frente al Atlético, queremos que Leo empiece a tener minutos, por eso le hemos dejado fuera. De arriba cualquiera se puede quedar fuera, porque hay un nivel muy parecido. Hay mucha gente para pocos puestos y no podemos llevarlos a todos. Cada semana tenemos que elegir a los que mejor crea que están", dijo Jémez, en rueda de prensa, como justificación de la ausencia de Pereira ante el Deportivo.

El transcurso de los partidos, y el trabajo diario en los entrenamientos, algo fundamental para el técnico canario, servirán para comprobar si las esperanzas puestas en Leo por su brillante pasado en el Rayo vuelven a florecer o simplemente quedan en un recuerdo glorioso de aquella delantera mítica de hace dos temporadas que formó con Piti y el argentino 'Chori' Domínguez, en la que marcó siete goles y dio numerosas asistencias.

Mostrar comentarios