Los dos equipos del argentino Nayar descienden a Tercera misma temporada

  • El centrocampista argentino Sebastián Nayar, exjugador de Boca Juniors, ha firmado esta temporada una triste estadística, ya que los dos equipos en los que ha militado en la Segunda División B española, Orihuela y San Roque de Lepe, han terminado descendiendo a Tercera.

Huelva (España), 12 may.- El centrocampista argentino Sebastián Nayar, exjugador de Boca Juniors, ha firmado esta temporada una triste estadística, ya que los dos equipos en los que ha militado en la Segunda División B española, Orihuela y San Roque de Lepe, han terminado descendiendo a Tercera.

Nayar llegó al San Roque de Lepe, equipo del Grupo IV de la Segunda B española, en el mercado de invierno, procedente del Orihuela, y ni pudo ayudar a su primer equipo, del Grupo III de Segunda B, a mantener la categoría, ni lo ha hecho con el segundo.

El jugador, de 24 años, quería quedarse en la provincia de Huelva por lazos familiares y reforzó el centro del campo del equipo lepero, donde a pesar del descenso ha sido uno de los mejores jugadores de la segunda vuelta.

Tras certificar el San Roque la pasada semana su descenso matemático a Tercera, en la jornada de hoy lo ha hecho el Orihuela.

El centrocampista llegó al Recreativo de Huelva en 2008 procedente del Boca Juniors de su país y desde entonces ha pasado por varios equipos, como el Club Atlético Aldosivi argentino, el Deportivo Cali colombiano, el Atlante mexicano e incluso se enroló en un equipo aficionado de bomberos de la capital onubense en el denominado 'Torneo de la Amistad'.

Nayar se marchó en 2011 al Atlético Aldosivi, club que abandonó en junio de 2012 y desde entonces estuvo sin equipo hasta que el 1 de octubre pasado se comprometió con el Orihuela, del Grupo III de Segunda B, que abandonó dos meses después.

El futbolista llegó por primera vez al fútbol español en julio de 2008, en un fichaje polémico al no cumplir supuestamente con una prórroga de su contrato firmado con el Boca Juniors que lo ligaba a ese club hasta junio de 2012, prórroga que el jugador aseguró que nunca firmó.

El traspaso, que ascendió a un millón de dólares, y la presunta falsificación de su firma por parte del Boca Juniors estuvieron pendientes de una resolución de la FIFA.

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