Los médicos que asisten al portero de Togo son optimistas

Todavía es pronto para saber si el portero suplente de la selección de Togo, Kodjovi Kadja Obilale, podrá volver a jugar al fútbol, aunque la respuesta "está en su cabeza y en su corazón", dijo hoy Kenneth Boffard, miembro del equipo médico que le atiende en un hospital de Johannesburgo.

Según el parte médico, Obilale, herido el pasado viernes en el atentado contra la selección de Togo en Angola, sigue en la unidad de cuidados intensivos, "grave pero estable", con respiración asistida y sedado, y cuando empiece a respirar por sus propios medios, en un par de días, se atreverán los médicos a hacer algún pronóstico.

De momento, y aunque los médicos son "optimistas", según reconoció Boffard durante una rueda de prensa en las dependencias del hospital, la evolución de Obilale está más en manos del propio Obilale que en las de los galenos sudafricanos.

Obilale fue trasladado de urgencia el sábado a Sudáfrica, donde se encuentran algunos de los mejores hospitales del continente, y fue ingresado en el "Milford", en Johannesburgo, con una bala alojada en la espalda, por lo que fue sometido a una compleja intervención quirúrgica.

El meta togolés fue uno de los ocho heridos provocados por las balas del Frente para la Liberación del Enclave de Cabinda (FLEC), que se cobraron al menos tres víctimas mortales, el entrenador asistente de la selección de Togo, Abalo Amelete, el jefe de prensa, Stan Ocloo, y el conductor angoleño del autobús.

El FLEC atacó el pasado viernes el autocar de la selección de Togo, ametrallado tras cruzar la frontera del Congo con destino a Angola, donde se disponía a disputar la Copa de África que comenzó sin Togo ayer.

Aunque los jugadores de Togo querían disputar el campeonato como homenaje a sus compañeros muertos, esa posibilidad fue descartada por el Gobierno togolés, que hizo regresar a los jugadores temiendo por su seguridad.