Los nombres de la Operación Puerto

Siete años después del descubrimiento y desmantelamiento de la mayor trama de dopaje conocida en España, comienza el juicio de la Operación Puerto. No habrá ningún deportista entre los acusados, en el banquillo se sentarán tres directores de equipo y tres especialistas médicos.

Tras ser archivado dos veces al no apreciarse indicios de delito, este lunes todas las miradas del mundo del ciclismo mirarán al Juzgado de lo Penal número 21 de Madrid. El "caso Armstrong" ha reavivado el interés del caso, ya que dos de los acusados aparecen en el dossier de la investigación de la Agencia Antidopaje estadounidense (USADA)Los médicos acusados

Eufemiano Fuentes, su hermana Yolanda y José Luis Merino Batres son los presuntos cerebros médicos de la trama de dopaje de la Operación Puerto. Bartres y Eufemiano pasaron por prisión tras los registros pero salieron tras depositar una fianza de 120.000 euros cada uno.

A Eufemiano se le sitúa como el equivalente al doctor Ferrari en el caso de Lance Armstrong. Fue médico del equipo ONCE y de Kelme. Tras ser detenido en 2006 en el comienzo de la Operación Puerto, se descubrieron planes de dopaje personalizados y un total de 185 bolsas de sangre y 39 de plasma para autotransfusiones, además de esteroides, anabolizantes, corticoides y distintas hormonas.

Bartres era colaborador de Fuentes y era a su laboratorio donde acudían los deportistas para las extracciones de sangre que luego se congelaban para las autotransfusiones. Su defensa ha solicitado que no se siente en el banquillo por la enfermedad.

La tercera en discordia es la hermana de Eufemiano Fuentes, Yolanda Fuentes. Cuando fue directora médica del equipo Kelme, el equipo fue excluido del Tour de Francia por las sospechas de dopaje. Supuestamente era ella la encargada de determinar las dosis de dopantes que debían tomar los clientes de la tramas. Llegó a declarar en una entrevista que "a base de filetitos y ensaladas no se sube el Tourmalet".Los directores deportivos

Los otros actores implicados en la Operación Puerto que podrían ser acusados de un delito contra la salud pública son los directores de equipo. Manolo Saiz, Labarta Barreta y Vicente Belda figuran en los informes de la Guardia Civil como clientes de la red de dopaje.

Manolo Saiz fue director deportivo del ONCE y del Liberty. En el momento de ser detenido llevaba una maleta con 60.000 euros en efectivo y diversas sustancias dopantes. También a José Ignacio Labarta, uno de los directores deportivos del Comunitat Valenciana, se le encontraron sustancias dopantes en su domicilio. Según la investigación, dirigía los entrenamientos de los ciclistas y mantenía una estrecha relación con Fuentes.

Al ex director del Kelme, Vicente Belda, se le atribuyen unas conversaciones telefónicas con Eufemiano, en las que la acusación ve evidencias de su conocimiento y beneplácito de las prácticas dopantes en su equipo.Los ciclistas serán testigos

Hasta catorce los ciclistas implicados en la Operación Puerto serán testigos del juicio. No habrá ninguno de ellos sentado en el banquillo de los acusados, pues cuando cayó la supuesta red de autotransfusiones de Eufemiano Fuentes, el dopaje no era considerado delito en España.

Los testigos van desde Jesús Manzano, uno de los que primero destaparon el dopaje en el ciclismo, a Alberto Contador, que siempre ha defendido su inocencia. Entre medias quedan sancionados por la Operación Puerto en su país como Ivan Basso y Michelle Caruso o clientes del doctor Ferrari, médico del caso Armstrong, como Scarponi.Expectación en el extranjero

El juicio ha despertado gran interés más allá de las fronteras españolas y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) estará muy atenta a lo que surja. La AMA había pedido en repetidas ocasiones a las autoridades españolas que les facilitasen muestras de las bolsas de sangre, pero siempre se había encontrado con la negativa de los juzgados españoles.

Con Madrid compitiendo en la carrera olímpica contra Estambul y Tokio, el juicio puede marcar muchas de las aspiraciones de la candidatura. En el extranjero, en Francia y Alemania en particular, predomina la idea de que España nunca se ha tomado muy en serio la lucha contra el dopaje.