Los rusos corrieron seis kilómetros y medio más que el Barcelona

No es normal que un equipo corra más que el Barcelona durante los noventa  minutos. Los de Guardiola juegan, la tocan, la roban, se mueven, se desmarcan… lo hacen bonito, lo hacen eficaz, pero no lo hacen gratis. El coste en kilómetros de los azulgrana suele ser importante, y lo habitual es que el Barcelona siempre corra más que su enemigo.

Pero esta vez no fue así. El Rubin corrió seis kilómetros y medio más que los azulgrana. Y aunque lo hicieron casi siempre detrás del balón, con lo duro que es, la verdad es que aguantaron físicamente y fueron capaces de aguantar el tipo durante los noventa minutos. Incluso eran capaces de salir en velocidad, buscando la espalda de los azulgrana a un toque y saliendo en carrera, como en el segundo y definitivo gol.

Hombre a hombre, salvo Xavi, que una vez más volvió a ser el futbolista que más kilómetros hizo, y fue el único que superó los doce, todos los demás corrieron menos que el futbolista ruso que tenían enfrente.

Por lo demás, todas las estadísticas son favorables al Barcelona, con un escandaloso 69-31 en porcentaje de posesión de balón. 24-3 en remates. 13-3 en tiros a puerta. 11-1 en córners…

Pero por mucho que digan los números, el Barça no tuvo la circulación de balón de otras veces, con esa velocidad de movimientos que destroza el orden del rival. Y el Rubin aguantó sin perder el sitio durante todo el partido.

Y el Barça tampoco presionó en la recuperación como otras veces, con lo que dejó a su rival pensar, recuperar el aire y mantener la chispa de velocidad.

Al Barcelona le fallaron cosas más importantes que los kilómetros, pero la entrega para jugar al límite es una de las claves de éste Barcelona. Y ayer sólo en eso le ganó el Rubin, y le bastó.