Los Springboks, el racismo y el olvidado espíritu de Mandela

    • Más de veinte años después del fin del apartheid, el color de la piel sigue siendo un tema de disputa en Sudáfrica
    • Compuestos en su mayoría por jugadores blancos, no han completado todavía su transformación racial.
Springboks Team Photo and Captain's Run
Springboks Team Photo and Captain's Run

Más de veinte años después del fin del apartheid, el color de la piel sigue siendo un tema de disputa en Sudáfrica, donde los Springboks, compuestos en su mayoría por jugadores blancos, no han completado todavía su transformación racial.

Antes de la Copa del Mundo de rugby que comienza el 18 de septiembre, los últimos encuentros de los Boks en el Cuatro Naciones (tres derrotas en tres partidos) pusieron al seleccionador Heyneke Meyer en el ojo del huracán.

Pero más allá de las decepciones deportivas, el seleccionador provocó el enfado de parte de la opinión pública al renovar el equipo tipo con 13 jugadores blancos.

Meyer, por lo tanto, es acusado de preferir a jugadores blancos, incluso si estos no ocupan su posición preferida en el campo, en detrimento de jugadores negros que juegan en esas posiciones de forma natural.

"No veo el color de piel, solo veo a los mejores jugadores. Tengo muy buena relación con mis jugadores", se defendió recientemente el seleccionador.

Estas cuestiones raciales siempre provocan reacciones muy emocionales en Sudáfrica, que salió del régimen racista del apartheid hace apenas 20 años y en donde los blancos representan menos del 10% de la población.

Para acelerar la transformación hacia una mayor diversidad, la Federación se comprometió, bajo presión del gobierno, a incluir al menos siete jugadores "no blancos" entre los 31 elegidos para el Mundial-2015 y al menos cinco jugadores de color sobre el terreno de juego durante los partidos.

Meyer, que ha llamado a 9 jugadores de color para la Copa del Mundo -récord-, hace caso omiso a las directrices y en los últimos partidos de los Springboks raramente incluyó a cuatro jugadores no blancos en el campo.

"Esta discriminación no está dispuesta a parar. Lo que pasa es deprimente e injusto para los jugadores negros, los Springboks están atrapados en el pasado", estimó el exwing, John Mametsa, en el diario local The New Age.

"Los jugadores negros que juegan bien no tienen oportunidades. No creo que Meyer sea 100% honesto en sus justificaciones", acusó Mametsa: "¿Por qué se necesita un año para descartar a un jugador blanco que juega malos partidos, mientas que un mal encuentro es suficiente para descartar a un jugador negro?".

La elección de Meyer le colocó en las últimas semanas en el punto de mira del COSATU, el poderoso sindicato sudafricano, que afirmó que cinco jugadores de color del equipo sudafricano se quejaron de forma anónima de la discriminación racial que sufrían.

La polémica cobró impulso la semana pasada cuando un partido político casi desconocido, la Agencia por una Nueva Agenda (ANA), intentó llevar a cabo una acción judicial que impidiera a los jugadores sudafricanos llegar a Inglaterra para el Mundial, basándose en problemas de discriminación.

La denuncia finalmente no fue aceptada por el juez, quien si abrió una investigación sobre la lentitud en la reformas raciales en su país, sobre todo en el mundo del deporte.

El columnista y exjugador de la selección, Mark Keohane, reconoció que había un problema en el seno de los Springboks, pero exculpaba al seleccionador de cualquier intención racista.

"En caso de duda, como muchos seleccionadores antes que él, se apoya en los que mejor conoce, los jugadores blancos. No es justo ni injusto, pero en el contexto del rugby sudafricano esto no es aceptable", comentó en el diario Business Day.Mandela lo cambió todo

Durante los años del apartheid, de 1948 a 1994, el rugby era un deporte reservado para los jugadores blancos y solo en raras excepciones como la del mestizo Errol Tobias (6 partidos) podía vestir la camiseta de los Boks un no blanco antes del fin de la dictadura racista.

El rugby, sin embargo, se convirtió en un símbolo de reconciliación nacional: en 1995, el capitán François Pienaar recibió el trofeo de campeón del mundo de las manos del presidente sudafricano y héroe de la lucha contra el apartheid, Nelson Mandela, quien se vistió con la camiseta de los Springboks para la ocasión. Pero, ese gran gesto ahora más que nunca parece perdido en el tiempo.

Aunque el régimen en Sudáfrica cambió, muchos aficionados blancos estiman que los jugadores negros debilitan al equipo africano, doble campeón mundial.

En este Mundial-2015, Sudáfrica está encuadrada en el grupo B junto a Japón, Escocia, Estados Unidos y Samoa.

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