Manuel Pablo, un jugador poco acostumbrado a los goles pero sí a los golazos

  • A sus 36 años, el capitán del Deportivo, Manuel Pablo García, está poco acostumbrado a celebrar goles, pero sí a festejar golazos como el que le endosó ayer al Mallorca en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey.

A Coruña, 2 nov.- A sus 36 años, el capitán del Deportivo, Manuel Pablo García, está poco acostumbrado a celebrar goles, pero sí a festejar golazos como el que le endosó ayer al Mallorca en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey.

El lateral derecho canario no suele marcar, pero cuando anota, sus goles quedan grabados en la retina de los espectadores por su espectacularidad.

Sólo lleva tres como jugador del Deportivo, al que llegó en 1998, hace más de catorce años, pero cada uno de ellos está en la mente de los aficionados blanquiazules, que por primera vez le han visto marcar un gol en el estadio de Riazor.

El canario, que llegó al Deportivo procedente de la Unión Deportiva Las Palmas junto al delantero argentino Óscar José 'Turu' Flores, se estrenó como goleador con el equipo coruñés en el mejor momento de su carrera, el 16 de septiembre del año 2000, en El Sardinero.

El lateral, entrenado entonces por Javier Irureta e internacional con la selección española, cogió el balón, avanzó metros hacia el campo del Racing y lo golpeó con potencia para superar a Ceballos desde la lejanía.

Manuel Pablo, que era el titular en el lateral derecho de la selección, sufrió un año después, el 30 de septiembre de 2001, una grave lesión de rotura de tibia y peroné que le impidió estar en el Mundial de Corea y Japón y que cortó su carrera.

Le costó la titularidad en el Deportivo, pero poco a poco fue recuperando sensaciones y, en enero de 2003, volvió a lucirse con su segundo gol como blanquiazul, que él considera el mejor de su carrera.

Fue en Copa del Rey, ante el Murcia, en La Condomina, donde recogió en la frontal del área un rechace de un saque de esquina y, con una volea, anotó uno de los tres goles que permitieron a su equipo acceder a semifinales a pesar de perder el partido (4-3).

En el mismo torneo, nueve años y nueve meses después, Manuel Pablo volvió a sacarse de la chistera un golazo similar que sirvió al Deportivo para adelantarse al Mallorca, aunque los blanquiazules perdieron después la ventaja (1-1).

El de Bañaderos bajó el balón con el pecho, lo acomodó para su pierna menos buena, la izquierda, y lo golpeó con fe y convicción para superar a Dudu Aouate, con el que había compartido vestuario en el equipo coruñés.

Fue su primer gol en Riazor y le valió para ganarse los aplausos de la afición y garantizar su continuidad en el club, tal y como anunció el presidente, Augusto César Lendoiro, tras el encuentro.

Mostrar comentarios