Maracaná, de la gloria del Mundial y los Juegos a ser abandonado y saqueado

  • El estadio, templo del fútbol mundial que agregó la final de la Copa del Mundo 2014 y las ceremonias de los Juegos de Río, se encuentra en un estado deplorable.   

    Césped levantado, sillas arrancadas y la imposibilidad de jugar al fútbol son el resultado de un conflicto entre el COI y Odebrecht, empresa privada propietaria. 

El templo futbolístico más importante del mundo se encuentra en una situación lamentable. El estadio Maracaná, que albergó la final del Mundial de 2014 y las ceremonias de Apertura y Clausura de los Juegos de Río, está abandonado y ha sido saqueado en varias ocasiones.

'Si no hay una inmediata intervención del gobierno para impedir los saqueos y la destrucción del patrimonio del Maracaná no sabemos cómo avanzar con los clubes para planificar el año y las competiciones que vienen', dijo el presidente de la Federación de Fútbol de Río de Janeiro (FERJ), Rubens Lopes.

El estado del césped, totalmente levantado, impide la práctica del fútbol, y los gatos se han hecho dueños de un estadio en el que en los Juegos Olímpicos no quedó un hueco libre en sus 79.000 asientos.

Además, la semana pasada, fueron robados dos bustos, uno de ellos del periodista Mario Filho, que le da nombre al estadio de la zona norte de la ciudad, dos televisores, extintores de incendio y mangueras.

El abandono del Maracaná radica en un problema de propiedad. El estadio era propiedad del estado de Río de Janeiro, que invirtió 400 millones de dólares en su remodelación para el Mundial de Brasil 2014, antes de ser entregado a una concesión privada liderada por Odebrecht, que se encargó de las reparaciones para el Mundial.

Con motivos de los Juegos Olímpicos, el estadio fue cedido al Comité Olímpico Internacional por parte de Odebrecht, pero tras la finalización del evento hace cinco meses la concesión privada no quiere el estadio de vuelta porque dice que ha sufrido desperfectos que no le corresponde pagar.

Odebrecht, por cierto, se encuentra en el centro de la operación anti-corrupción Lava Jato, y admitió haber sobornado a empresas de todo el mundo para vencer licitaciones.

Mientras la guerra de propiedad continúa, Maracaná pierde su encanto cada día más hasta el punto de que Flamengo y Fluminense, que tienen contrato para jugar en el templo del fútbol mundial, no han podido comenzar el campeonato carioca en su estadio. 

Queda trabajo por delante si se pretende que se disputen las semifinales y la final del torneo en mayo en el Maracaná. 

D. M.
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