Martin marca el tono de la crono del Mont-Saint-Michel y se acerca al récord

Mont-Saint-Michel (Francia), 10 jul.- El alemán Tony Martin (Omega) está marcando la tendencia de la contrarreloj de la undécima etapa del Tour de Francia, 33 kilómetros con final en el turístico Mont-Saint-Michel, que ha recorrido en 36:29 minutos, cerca del récord absoluto marcado en 1989 por el estadounidense Greg Lemond.

Martin, campeón del mundo contrarreloj, ha volado en una crono prácticamente plana y que en su trazado final se beneficia del viento a favor que sopla en la costa atlántica francesa.

El ciclista del Omega cubrió la distancia a una velocidad de 54,271 kilómetros por hora, mientras que el récord lo situó Lemond en 54,545 kilómetros por hora durante la crono de 25 kilómetros que cerró el Tour de 1989 y que permitió al estadounidense ganar la prueba con ocho segundos de ventaja sobre el francés Laurent Fignon.

En aquella ocasión, la contrarreloj que acababa en París comprendía una buena parte del trayecto en bajada.

En 2003, el escocés David Millar completó los 49 kilómetros de una prueba entre Pornic y Nantes a una velocidad media de 54,360 kilómetros por hora.

Martin está pues entre los mejores tiempos históricos de una cronometrada en el Tour de Francia y lidera la clasificación general a falta de que se lancen los favoritos de la general.

El australiano Cadel Evans, ganador del Tour en 2001, se lanzará a las 16.09 (14.09 GMT), tres minutos antes que el luxemburgués Andy Schleck, vencedor de la edición de 2010 tras la eliminación del español Alberto Contador.

Joaquim Rodríguez comenzará a las 16.30 (14.30 GMT), el colombiano Nairo Quintana seis minutos más tarde y contador a las 16.39 (14.39 GMT).

Alejandro Valverde, segundo de la general, echará a rodar a las 16.51 (14.51 GMT), tres minutos antes de que lo haga el maillot amarillo, el británico Froome.

El británico del Sky parte con una ventaja en la general de 1.25 segundos sobre Valverde, 1.51 sobre Contador, 2.02 sobre Quintana y 2.31 sobre Rodríguez.

La contrarreloj del Mont-Saint-Michel, segundo lugar más visitado de Francia tras la torre Eiffel, marca el ecuador de la prueba y abre la recta final, en la que la última semana concentra las principales novedades montañosas.