Matthews brilla en el Lago de Sanabria

  • Michael Matthews (Orica), una bala de la nueva generación de ciclistas australianos, se llevó junto al Lago de Sanabria el primer esprín de la Vuelta, en una jornada tranquila en la lucha por la general, que mantuvo al frente al "Tiburón" italiano Vincenzo Nibali (Astana).

Carlos de Torres

Lago de Sanabria (Zamora), 28 ago.- Michael Matthews (Orica), una bala de la nueva generación de ciclistas australianos, se llevó junto al Lago de Sanabria el primer esprín de la Vuelta, en una jornada tranquila en la lucha por la general, que mantuvo al frente al "Tiburón" italiano Vincenzo Nibali (Astana).

Matthews es un chaval nacido en Canberra hace 22 años, que pide paso en la nueva generación de ciclistas australianos. Fue campeón del mundo en ruta sub 23 en 2010. A la primera oportunidad que ofrecía una Vuelta hostil con los velocistas, pescó su victoria más importante desde que se puso un dorsal como profesional en 2001, en el Rabobank del español Óscar Freire.

Un premio para "Bling", un apodo que resume su afición a llevar bisutería llamativa, relucientes, como pulseras, pendientes o collares. Sin accesorios brilló hoy con luz propia en la recta de meta que ponía fin a la quinta etapa que unió Sober y Lago de Sanabria, de 174,3 kilómetros.

El ciclista de las antípodas remató el trabajo del Orica con un tiempo de 4h.28:22. Su equipo se había dejado el alma por él en la caza de cinco aventureros que firmaron la estéril fuga del día. Matthews batió al argentino Maximiliano Richeze (Lampre) y al belga Gianni Meersman (Omega). Otros nombres otrora con el cartel de favoritos, como el estadounidense Farrar o el noruego Boasson Hagen, solo vieron de lejos al ciclista "aussie".

La Vuelta se despidió de Galicia después de cuatro jornadas de viaje entre sus costas, bosques y miradores. Una tregua de finales en alto para adentrarse en la provincia de Zamora. Día para aventureros, e incluso para esprínteres. Para los pocos que hay en la nómina.

No estaban citados los favoritos, que celebraron con entusiasmo el hecho de "salir entero" de las etapas galaicas. Hubo tregua. Nibali, "cada día mejor", según dice, conservó la roja sin sobresaltos. Horner y Roche le siguen, sin opciones de nada; y Zubeldia sigue siendo, cuarto, el primer español.

De entrada fueron los aventureros los que apostaron por la sorpresa. Eran cinco: Antonio Piedra (Caja Rural), todo un ganador de Los Lagos en 2012, el colombiano Winner Anacona (Lampre), de nombre ambicioso; pero no es inglés, el francés Edet (Cofidis), quien conquistó la víspera el Mirador de Ézaro mientras algunos se bajaban de la bici, el belga De Walle (Lotto) y el francés Courteille (Francaise).

Fueron cazados después de una buena panzada de kilómetros a 3,5 kilómetros de meta. Nada raro. Más extraño fue que cayeran algunas gotas del cielo. Un espejismo, algo así como lo que vieron los fugitivos apenas salieron de la localidad lucense de Sober.

El Orica se la jugó a una carta, con convicción, sudor y muchos pedales a más de 60 por hora. Tuvo recompensa con su joven joya. Matthews, debutante en grandes vueltas, hizo honor a su apodo dando brillo a su incipiente palmarés junto a las aguas del lago sanabrés. Firmó su tercera victoria de la temporada tras las dos etapas que ganó en el Tour de Utah.

La Vuelta vuelve a Extremadura con la sexta etapa que unirá Guijuelo con Cáceres a través de 175 kilómetros. Otra jornada de tregua propicia para las escapadas o para que se sigan presentando en sociedad nuevos valores.

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