Algunos aficionados estallaron y llevaron su enfado más allá de los noventa minutos. Porque ni los noventa minutos de partido les parecían ya bastante para mostrar su indignación.
Un descomunal enfado une hoy a todos los aficionados rojiblancos. Y ya no es contra Abel, que no está. Mucho menos contra Santi, que bastante tuvo con ponerse en un banquillo que arde. Ni sólo contra Gil o contra Cerezo... La afición está harta de todo y de todos. Porque no comprenden nada.
Y menos entienden que dos penaltis a favor y dos expulsiones del rival no sean suficientes para sumar tres puntos. Porque eso ya es como de brujería.
Por eso es comprensible que más de 500 aficionados del Atlético de Madrid se quedasen tras el partido para protestar en la puerta cero del estadio Vicente Calderón contra la directiva y los jugadores del club rojiblanco.
Tras ese encuentro, cientos de seguidores se manifestaron fuera del estadio contra la gestión de Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín, presidente y consejero delegado del club madrileño, respectivamente, además de proferir algunos cánticos contra los jugadores. Porque esta vez, en el Atlético, no se salva nadie.
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