No hay tácticas que paren a Leo Messi. El Espanyol llegaba al Camp Nou como uno de los equipos más en forma del campeonato basando su fuerza en una férrea defensa, pero el partido duró hasta que el argentino quiso. Dos jugadas mágicas que dieron lugar a dos goles en dos minutos. Otra exhibición de un genio del fútbol explicada a continuación.Un pase y un control que encarrilan el triunfo
El Espanyol se presentaba en el derbi de Barcelona en estado de gracia. Los de Quique Sánchez Flores no perdían desde el 25 de septiembre ante el Celta de Vigo (0-2) y se presentaban con la intención de rascar algo del feudo azulgrana.
Y en los primeros 17 minutos presentaron sus credenciales. Dominaban la pelota en zona de tres cuartos mientras el Barcelona la perseguía obligando a su delanteros a bajar para recibirla.
Messi era el encargado de hacer esa labor dejando a dos puñales rapidísimos como son Neymar y Luis Suárez para hacerse fuertes en los contragolpes.
Neymar regaló un gol cantado por la grada del Camp Npu a Messi en una de estas acciones vertiginosas, pero el argentino envió el cuero al lateral de la red.
El Barça encontró el camino para hacer daño al Espanyol y repitió fórmula, esta vez con éxito, en el minuto 17. Recuperación de Mascherano, pase de 40 metros perfecto de Iniesta, control orientado en carrera de Suárez y el undécimo tanto del uruguayo en La Liga.
Fue una auténtica obra de arte que despertó al Camp Nou de su letargo. Era un derbi de tensión pero no de ocasiones.
De hecho, desde el tanto de Suárez que produjo la desconexión paulatina del Espanyol, no se presenciaron más acciones de verdadero peligro en las áreas. El Barça mandaba en el electrónico pero todo estaba abierto.El telón sube y aparece Messi
El partido no iba a cambiar su curso a no ser que se alineasen las estrellas azulgranas. Neymar estaba muy activo pero falto de puntería, Messi recibía alejado del área y Suárez ya había tenido su momento de gloria con el gol.
El uruguayo quería más. Nada más comenzar el segundo acto recibió una asistencia gentileza de Messi que le dejó mano a mano con Diego López, pero precisamente el gallego sacó la mano para evitar el 2-0 a un precio muy alto: se lesionó por un golpe de Suárez en su rodilla y Roberto le sustituyó bajo los palos.
A partir de ahí el Barcelona inclinó el campo hacia la portería del recién entrado y Messi desmanteló el gran sistema defensivo del Espanyol.
En dos minutos la resistencia 'perica' se vino abajo. Iniesta estaba rodeado de tres y Messi de cinco, pero eso no fue impedimento para firmar una jugada perfecta.
El de Fuentealbilla tiró dos croquetas antes de regalar el cuero al argentino. Messi firmó un caño y con tres recortes dejó atrás a tres contrincantes para orientarse el tiro. Roberto despejó pero nada pudo hacer en el rechace de Suárez. Todo en el 2-0 había sido una delicatessen excepto la ejecución final.
Sin tiempo para terminar la segunda celebración de la tarde llegó la tercera. Otra vez Leo. Otra vez Messi. Eslalon para dejar a tres rivales en evidencia y Jordi Alba se hace con el rebote para cruzar el tiro y sentenciar.
Los gestos de incredulidad de Quique Sánchez Florez en el banquillo eran elocuentes. No se podía creer el castigo tan elevado.
Al menos los suyos anotaron el gol del honor con una jugada culminada por David López. Ese fue el consuelo para el 'perico' en un derbi que volvió a decidir Messi.
A los genios no les hace falta marcar pero por si acaso el argentino sí lo hizo. Pared de ensueño con Suárez y golazo con caño incluido a Roberto. 12 goles en La Liga para la 'M' y la 'S' de la 'MSN' respectivamente. En definitiva, doce goles para los pichichis.
El Barcelona recupera la segunda plaza y le recorta tres puntos al Madrid, aunque con un partido más que los blancos.
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