Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo de Fórmula 1, realizó en Hungría una de las maniobras más sucias que se recuerdan en el Mundial. El piloto alemán luchaba en las últimas vueltas con su ex compañero en Ferrari Rubens Barrichelo por la décima posición de la carrera, cuando el brasileño aprovechó la recta de meta para intentar rebasarle.
Schumacher cerró primero a su rival y después le echó contra el muro cuando ambos circulaban a casi 300 kilómetros por hora. La tragedia estuvo a punto de vivirse en el trazado de Hungaroring en una acción impropia no sólo de un gran campeón como fue el alemán, si no de un simple deportista. Los comisarios le han sancionado con 10 puestos en la parrilla de salida de la próxima carrera, la del Gran Premio de Bélgica en Spa.
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