Hablar de un carrerón de Jorge Lorenzo en Estoril es una costumbre. Año tras año, el piloto español de Yamaha demuestra su especial sintonía con el circuito portugués, donde es capaz de hacer cosas como el adelantamiento al británico Cal Crutchlow (Yamaha) y al español Dani Pedrosa (Honda) en las dos primeras vueltas del Gran Premio de MotoGP de 2012. O como el increíble y endiablado ritmo que le llevó a recuperar el segundo y pico de desventaja con el australiano Casey Stoner (Honda).
Todo esto lo hizo Lorenzo en un circuito que para él es fetiche, con tres victorias y un segundo puesto en la categoría reina en sus cuatro participaciones. Allí logró su primera victoria en MotoGP, y desde entonces mantiene un idilio con Estoril y la victoria que Pedrosa truncó el año pasado, y en 2012 ha hecho lo propio Stoner.
Debió ser desesperante para el piloto de Yamaha estar tantas vueltas detrás del australiano, tenerlo a tiro y no poder superarlo. Fue un duelo tibio porque no había posibilidad de adelantamientos, un duelo sin la salsa del deporte del motor. Tanto Lorenzo como Stoner parecían robots, sin fallo alguno. El medio segundo nunca bajaba y la persecución la seguía Pedrosa desde un poco más lejos, a un segundo de su compatriota.
Al final, con los neumáticos desgastados, Stoner amplió la diferencia al segundo y Lorenzo tuvo que resignarse a acabar segundo, como en 2011. Su implacable persecución fue insuficiente, pero eso no quita para que el español pueda estar satisfecho con su carrera. Los terceros puestos penalizará más en este duelo a tres que protagonizan Casey, Jorge y Dani, aunque en este caso haya tenido un valor especial para Pedrosa porque es su podio 100.
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