El Everest, la cumbre de la muerte: tres fallecidos en diez días en la nueva temporada

  • Tres alpinistas han muerto y dos están desaparecidos en los primeros días de la temporada de escalada a la montaña más importante del mundo.

    Entre 1921 y 2016 han muerto casi 300 personas; muchos de ellos se han quedado en el punto exacto donde fallecieron y siguen como referencia a los alpinistas.

El Everest, la cumbre de la muerte: tres fallecidos en diez días en la nueva temporada
El Everest, la cumbre de la muerte: tres fallecidos en diez días en la nueva temporada
Pedro Antolinos

Con la nueva temporada de escaladas al Everest ha llegado el drama. En los primeros diez días de expediciones a la montaña más alta del mundo han muerto tres alpinistas, dos están desaparecidos y se les da por muertos y hay más 30 heridos.

"Amigo, no puedes hacer nada. Él ha estado allí muchas horas sin oxígeno. Él está realmente muerto". Estas palabras salieron en boca de Russell Brice, jefe de la agencia en la expedición donde Mark Inglis se convirtió en el primer amputado en coronar el Everest. Ambos hablaban por radio sobre David Sharp, un británico que fallecía horas después en la arista sur de la montaña más alta del mundo (8.844 metros). Esta anécdota data de 2006 y las muertes se siguen sucediendo.

El último en perecer en la montaña por excelencia fue Subash Pal, un escalador indio que fue hallado muerto entre los campos 3 y 4 (el último antes de la cima) horas después de haber coronado. 

Pal se puso enfermo y fue evacuado durante la jornada del domingo, si bien falleció finalmente en la madrugada del lunes tras no poder superar la gravedad de su estado, tal y como han indicado fuentes del Ministerio de Turismo nepalí.

Esta era la tercera muerte confirmada después de un fin de semana dramático para el alpinismo. Porque en los dos días anteriores se habían encontrado los cadáveres de la australiana Maria Strydom y el holandés Eric Ary Arnold, que también fallecieron después de haber coronado la cima. La profesora australiana falleció en el descenso en brazos de su marido y el holandés falleció de un mal de altura una vez alcanzada la cima.

Días antes se había oficializado que otro escalador indio y un guía de nacionalidad nepalí estaban desaparecidos. Su muerte no está confirmada pero son una obviedad.Carlos soria: "El Everest no es la montaña más peligrosa, sino la que tiene más expediciones comerciales"

Carlos Soria, alpinista español que se convirtió el 1 de mayo en la persona de mayor edad (77 años) en alcanzar la cumbre del Annapurna (8.091 m, la décima montaña más alta del planeta), subió el Everest en 2001. Antes de iniciar su entrenamiento diario, explica a lainformacion.com que "el Everest no es la cumbre más peligrosa, sino la que más gente sube. Por lo tanto, hay más probabilidades de que allí mueran alpinistas. Es la más popular y la que está más preparada para las expediciones comerciales, que suelen ser la más peligrosas".

"El Annapurna es una montaña más peligrosa. Hemos subido cinco personas y ha muerto una de ellas. En el Everest han muerto tres personas y han subido unas 1.000. Es lógico. En las expediciones comerciales van confiados porque van con la ayuda de los sherpas (guías que conocen la zona). Esto hace que se anime gente más inexperta", añade Soria.

Las expediciones varían en número de personas, pero "suele in al menos un sherpa por cada alpinista además de los cocineros y los ayudantes. Algunas de ellas tienen médico, pero no todas. Hay algunos años que en el Everest montan un clínica de campaña, pero no todos", explica el veterano alpinista.Cadáveres como señales en 'la zona de la muerte'"Quedan tres horas de subida para llegar a Botas Verdes". Esta frase es utilizada por los alpinistas para referirse a un cadáver con unas botas verdes situado en la llamada 'zona de la muerte'. Porque la montaña más alta de mundo es un cementerio donde hay más de 200 cadáveres, 150 de los cuales nunca se han encontrado. Carlos Soria ha sentido en primera persona la dureza de 'la zona de la muerte'. La define como "muy complicada. A partir de los 7.000 metros hay muy poco oxígeno. En una dura y larga etapa final, que en el Annapurna hemos cubierto en algo más de 13 horas. Son los últimos mil metros de desnivel para poner el punto y final a meses de trabajo"."Los conocidos como Botas Verdes no se pueden bajar porque mueren en rutas muy complicadas y hay algunos que caen hacía otras que son inaccesibles. Los fallecidos que se pueden bajar se bajan porque si no las imágenes serían horribles", añade el español.Antes de iniciar cualquier expedición, los alpinistas deben rellenar una especie de formulario donde deciden que se debe hacer con su cuerpo en caso de no salvar la vida. Entre las opciones están dejar el cadáver en la montaña, retornarlo a Katmandú y la tercera regresarlo a casa. 

Este formulario existe porque 'la zona de la muerte' antepone un riesgo extremo para la vida. Rebasado el campo 4 y superado los 7.000 metros de altura se entra en una zona donde la aclimatación es casi imposible, la cantidad de oxígeno respirable es un tercio de lo habitual y se necesita la utilización de botellas de oxígeno. Muchos de ellos consiguen superarla en la subida pero no en la bajada. 

"Subir al Everest se ha convertido en algo horrible. No les preocupa en absoluto dejar a alguien morir tirado bajo una roca. Su prioridad es llegar a la cima y anteponen su satisfacción personal a la supervivencia de un semejante". Esta frase la pronunció Edmund Hillary, el primer alpinista en coronar la montaña más peligrosa del mundo.El menú en las ascensionesCarlos Soria lleva a rajatabla la alimentación en la montaña y explica que su cocinero "Nathi sherpa utiliza bidones con hielo para conservar la carne, fabrica hornos con ollas y piedras calientes…" El menú habitual en el campo base está compuesto por "arroz, pollo, carne e incluso pescado. También chapatis, que son como tortas de pan. Huevos siempre hay y nunca falta el jamón", explica el veterano alpinista español.Lo más importante en las ascensiones es la hidratación del cuerpo porque a partir de cierta altura los alpinistas apenas sienten hambre, lo que puede convertirse en un arma de doble filo. Carlos Soria reconoce que "cuando te aclimatas vas teniendo hambre hasta los 6.000 o 7.000 metros, la 'zona de la muerte'. Allí lo más importante es beber. Tomamos caldos con arroz, queso blanco, atún, chocolate y otros caprichos que apetecen allí arriba. El agua lo calentamos con un infiernillo sobre la nieve".#Sabíasque el maestro cocinero que lleva Carlos Soria en cada expedición se llama Nathi Sherpa pic.twitter.com/gjjcEmGUZ9— Carlos Soria (@RetoCarlosSoria) 12 de junio de 2015La Meca de las montañas está masificada

El Everest es la montaña más alta del mundo pero no es la más mortal. Esta distinción es para el Annapurna, que con un 41% representa la mayor tasa de mortalidad. En los últimos días han fallecido tres personas y dos están desaparecidas pero en el mismo periodo de tiempo más de 400 personas han coronado el Everest.

Oficialmente, las tres muertes se han achacado al mal de altura, pero según Carlos Soria, eso es "algo con lo que todos contamos y las muertes se deberán a que el organismo de los alpinistas a veces no se adaptan a las condiciones de la altitud a pesar de llevar oxígeno. No se habrán aclimatado".

"El mal de altura (aparece a partir de los 2.500 metros) te castiga con mareos y dolores de cabeza o vómitos. Lo que me han contado es que está haciendo mal tiempo desde que empezó la primavera y eso produce mucho estrés. Los alpinistas eso lo acabamos pagando", argumente el alpinista español.

Algo que habla de la cantidad de personas que intentan hacer cima en una montaña que es una especie de 'Meca' para los amantes de la alta montaña.Soria: "Lo más bonito de la montaña es el amanecer y lo vi el Everest"

El alpinista se resiste a pensar que la montaña sea cruel: "No veo ninguna cosa mala de la montaña. Lo peor de la montaña es la gente que no la trata bien. Alguna vez he pasado miedo pero nunca ha llegado a atenazarme. Hay que tener mucha precaución y cuidado".

"En lo alto de la montaña, lo más bonito es ver amanecer. Lo he vivido desde el Everest a 8400 metros  de altura y en el K2, también por encima de 8000 metros. Es un amanecer increíble, no tiene nada que ver con el amanecer de ningún otro sitio. Es totalmente de noche y ves como se acerca el sol por la ladera", añade".

Para llegar al ser la persona de mayor edad en subir 12 de las 14 cimas de más de ocho mil metros que hay en la Tierra (sólo han conseguido tres españoles, Juanito Oiarzabal, Alberto Inurrátegui y Edurne pasaban), dedica varias horas al entrenamiento "diario con escalada y bicicleta principalmente. Yo no sé si los últimos muertos en el Everest estaban preparados o no físicamente, pero es una pena", lamenta Soria.Españoles muertos en el Everest12 mayo 1985.- Juan José Navarro, miembro de una expedición navarra, resulta muerto al caer cuando iba en una cordada a 7.500 metros por la vertiente tibetana14 septiembre 1990.- Rafael Gómez Menor y dos sherpas mueren al ser arrollados por un alud, cuando se encontraban a 6.500 metros. Pertenecían a la expedición patrocinada por la Universidad Complutense y dirigida por César Pérez de Tudela.7 octubre 1993.- Antonio Miranda, de una expedición alavesa, pierde la vida al caer por una pared de dos mil metros de desnivel a una altura de 8.100 metros26 agosto 1995.- Xavier Lamas, médico de la expedición de la Universidad Politécnica de Barcelona, muere al ser arrastrado por un alud cerca del campo base.

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