A sus 26 años, Wesley Sneijder puede llevar a Holanda a conquistar su primer Mundial, algo que ni el mismísimo Johan Cruyff, su gran ídolo de pequeño, pudo conseguir en la década de los 80. Pero además llega de ganar el triplete con el Inter de Milán en una temporada inolvidable.
Muchos se tirarán de los pelos en el Real Madrid cuando no hace aún un año se lo vendieron al equipo de Moratti por 16 millones de euros, más de 10 millones menos de lo que había costado. Nadie confiaba en él excepto Pellegrini, pero no le dejaron apostar por el tulipán.
Mourinho lo hizo y el jugador criado en la inagotable cantera del Ajax le devolvió el gesto con títulos. Ahora puede cuadrar el círculo con el título Mundial, el Pichichi en Sudáfrica y el Balón de Oro. Ruud Gullit ya lo avisó: "el mejor del Mundial será Sneijder". ¡Vaya ojo!
Cinco goles en seis partidos, los mismos que Villa. Eje del equipo naranja en ausencia de Arjen Robben, y complemento perfecto del ahora jugador del Bayern cuando regresó tras su lesión. Es el jugador a seguir, un futbolista silencioso con una llegada impresionante y un disparo diabólico, aún más con un Jabulani de por medio.
Holanda es un gran equipo, pero Wesley Sneijder es su corazón. Si se le ata en corto se habrá ganado mucho terreno. El resto, el fútbol, lo debe poner el equipo que mejor juega en el mundo: España.
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