Mundial 2010. España lleva 60 años esperando este partido ante Paraguay

Corría un 2 de julio de 1950. España se enfrentaba en Maracaná a la gran Inglaterra, la inventora del fútbol moderno, el gran enemigo europeo al que nunca España había podido ganar. Era un partido a vida o muerte. España había ganado sus dos primeros partidos: a Estados Unidos por 3-1 y a Chile por 2-0. Inglaterra había vencido a los chilenos, pero había caído por la mínima ante los norteamericanos. El que ganara se clasificaba por tanto para la fase final, la que iban a disputar los cuatro mejores equipos del mundo.

Casi 75.000 espectadores poblaban el gran estadio de Río de Janeiro para ver el mayor éxito de la historia de España en los Mundiales. Telmo Zarra, un mito del fútbol español, marcó en el minuto 48 el único gol de aquel partido, el que nos dio el pase a la liguilla final por el título y que nos garantizó el cuarto puesto final. Después llegarían dos derrotas, un empate ante los a la postre campeones y el Maracanazo de Uruguay, pero España volvió a casa con la que aún es su mejor clasificación en la história.

Pero después de aquel día... agua: España nunca pasó de cuartos de final. Una y otra vez nos hemos acordado con morriña de aquel 2 de julio del 50. Un día marcado a fuego en el calendario del fútbol nacional. Quizás no nos hagamos una idea de lo que signifique eso, pero han pasado ya... 60 años. ¡60 años! Ninguno de los futbolistas habían nacido por aquel entonces... pero es que la mayoría de sus padres tampoco lo habían hecho.

El presidente de la Federación, Ángel Villar, tenía seis meses aquel día glorioso. El hoy seleccionador Vicente del Bosque aún tardaría seis meses más en nacer y Manolo el del Bombo, el fan número uno de 'La Roja', cumplía su primer año de edad. Eran tiempos de transistores escuchando a Matías Prats (padre) ante la escasez de televisores, de Juanito Valderrama triunfando en el mundo musical con "El emigrante" y de un ciclista de raza llamado Emilio Rodríguez llevándose la Vuelta a España.

Los hijos de los que vivieron aquel mítico día hemos escuchado una y otra vez aquella historia. Lo que significó para el fútbol español... pero también para toda España, la de un país de posguerra que necesitaba una alegría como aquélla para sacar a relucir su orgullo. Algo muy parecido a lo que sucede hoy, cuando cuatro millones de españoles sin trabajo que sueñan con que Xavi, Villa, Casillas y compañía nos lleven directos al Olimpo. Por los de hace 60 años. Por los de ahora. Por España.