Del Bosque le ha premiado con un hueco entre los 23 internacionales, dejando fuera a un protagonista de la Eurocopa (Güiza) y a un delantero de Champions (Negredo).
Llorente es un jugador que engaña. Con su 1'95 m. de altura podría haberse dedicado al baloncesto, pero lo que ha hecho ha sido aprovechar sus cualidades físicas para convertirse en un delantero determinante. Su juego aéreo, como era de esperar, es de los mejores del 'Viejo Continente', pero el navarro no es un futbolista que se dedique a bajar y peinar pelotazos. Sabe cómo utilizar sus pies con un balón de por medio, es un buen pasador y mejor chutador.
El seleccionador nacional "se lleva" a Sudáfrica a Llorente por su capacidad para cambiar un partido. Confía Del Bosque en que en partidos con rivales encerrados atrás, y en los que el juego combinativo característico de de España no haya dado resultado, la altura del delantero desequilibre a las defensas rivales.
El jugador rojiblanco (uno de los dos que aporta el equipo bilbaíno), sabe que llega a la cita mundialista con el cartel de tercer delantero, por detrás de dos fueras de serie como Torres y Villa, y asumirá su papel secundario en beneficio del grupo. Llorente es consciente que sus posibilidades de ser titular son escasas y pasarían por alguna lesión, por lo que ha optado por estar preparado para que en los escasos minutos que va a disputar, pueda dar sacar el máximo rendimiento a sus capacidades.
(Ficha técnica)
(¿Quién es quién en la selección?)
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