Miroslav Klose es sinónimo de gol. El veterano goleador, polaco de nacimiento, nunca falla en los Mundiales. Con un certero cabezazo, puso por delante a Alemana en su debut ante Australia en Sudáfrica 2010. Ese es uno de sus fuertes, el juego aéreo, pero sin olvidar como sabe finalizar las contras que la maquinaria alemana de Löw suele fabricar.
Para el técnico de la Mannschaft, Klose es el delantero titular en su esquema (con un solo punta) por delante de Mario Gómez o del brasileño Cacau. Y Miroslav no suele fallar cuando confían en él. Es un futbolista experto en torneos cortos, de varias semanas. En Alemania, año 2006, se llevó la Bota de Oro con cinco goles. Esa misma anotación la hizo en la Copa del Mundo de 2002.
Ahora mismo, Klose se sitúa a 4 goles del máximo goleador en la historia de los Mundiales, el brasileño Ronaldo Nazario. Si hace lo mismo que ha hecho siempre lo conseguirá. Y también tiene a tiro al mítico Torpedo Müller. Pero lo más asombroso es que Miroslav ha vivido una temporada en el ostracismo, donde Louis Van Gaal, entrenador del Bayern de Munich, apenas le ha dado ni un minuto. Ahora demuestra que la Copa del Mundo es su competición.
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