Las excusas y los miedos a los cuartos de final terminaron en la Eurocopa. Ahora España no afronta con temor esta ronda, y saldrá ante Paraguay sabiendo que tiene en su mano la oportunidad de hacer historia y convencido de que son capaces de lograrlo.
La barrera psicológica de los cuartos de final se saltó de la mejor manera posible en Austria y Viena hace dos veranos: ante Italia y por penaltis. Ese triunfo hizo que los internacionales españoles se convencieran de que podrían ganar hacer algo grande… y vaya si lo hicieron. Los jugadores españoles ahora pueden afirmar que han logrado títulos con sus clubes y con la Selección, por lo que se han ganado el derecho a ser candidatos. Ellos lo saben, y no esquivan la responsabilidad.
El peor enemigo de España puede ser el teórico favoritismo que tiene sobre Paraguay, aunque la lección aprendida en la pasada Copa Confederaciones (con la derrota ante Estados Unidos en las semifinales), impedirá que los hombres de Del Bosque pequen de relajación o falta de intensidad. Saben que tienen ante sí una oportunidad única para ganar el Mundial, y no quieren dejarla escapar.
El seleccionador nacional, fiel a su costumbre y su libro de estilo, no tocará lo que ha ido bien, por lo que el once titular ante Paraguay será el mismo que el que salió ante Chile y Portugal. Torres seguirá en la punta de ataque junto a Villa, pese a las numerosas voces que han pedido que Fernando Llorente sea de la partida. El técnico salmantino confía en jugador del Liverpool pese a que sus prestaciones no estén siendo las mejores, y deja el papel de revulsivo o alternativa al delantero navarro.
Paraguay no será un rival cómodo ni fácil. Muy similar a la selección chilena, el orden y la firmeza defensiva son sus señas de identidad. Martino, el seleccionador guaraní, fue ayudante de Bielsa, y eso ha calado en sus conceptos futbolísticos. Aunque no todo es "defensa", ya que en ataque suele optar por tres delanteros (Lucas Barrio, Roque Santa Cruz, Cardozo y Valdez), que no dejan de correr, ayudar y crear espacios. Su planteamiento será el de entregar el balón a España y intentar cazar un contragolpe, una renuncia en toda regla a disputar de tú a tú el partido.
La Selección sabe lo que le espera y tendrá que demostrar que tiene la madurez necesaria para superarlo. Para superar a un rival de estas características y en una situación como ésta: a un paso de las semifinales de un Mundial. Motivos para confiar en ella hay.
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