Víctor Valdés ha sido el mejor portero de la Liga durante las últimas dos temporadas. Muy pocos de los aficionados españoles tienen dudas al respecto, pero sin embargo, su convocatoria para el Mundial ha estado en entredicho hasta el último minuto.
Se dice que Del Bosque no lo quería llevar para no provocar problemas en el vestuario, que no se lleva bien con Reina desde que coincidieran en La Masía, que no va a un Mundial para actuar de comparsa como tercer portero… Se ha hablado mucho, pero lo cierto es que el seleccionador se lo lleva al Mundial y nunca ha dicho que sea para ser el tercero en la lista.
Posiblemente porque, aunque Casillas tiene la confianza plena del míster, Valdés atraviesa un momento de forma excelente. Y no es fácil ser el portero del Barça, porque el suyo es un equipo que domina mucho y que tiene mayoritariamente la posesión de balón, por lo que no es fácil estar preparado para cuando hay que actuar. Te puedes quedar frío o marcharte del partido, pero eso no le pasa a Víctor.
Esta temporada ha estado extraordinario en muchos partidos, pero un ejemplo de sus grandes cualidades se dio en el Tenerife – Barcelona. Los de Guardiola ganaron 0-5, pero el meta azulgrana fue clave salvando a su equipo en cinco claras ocasiones de gol de los canarios durante los veinte primeros minutos de partido. Sabe dónde hay que estar y en qué momento su respuesta es imprescindible. Es seguro, es bueno, es importante. Es Víctor Valdés.
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