Múnich, otro 'no' en Europa a los Juegos de Invierno

  • El rechazo mostrado el domingo en referéndum por los habitantes de Múnich a la presentación de una candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 aumenta la relación de negativas dadas por parte de distintas ciudades centroeuropeas a la organización de los Juegos en su casa.

Madrid, 11 nov.- El rechazo mostrado el domingo en referéndum por los habitantes de Múnich a la presentación de una candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 aumenta la relación de negativas dadas por parte de distintas ciudades centroeuropeas a la organización de los Juegos en su casa.

La preocupación por los gastos derivados del proyecto y la inquietud ante las posibles consecuencias medioambientales están en el origen de la oposición a los Juegos 'blancos' en la mayoría de los casos, a juzgar por las campañas a favor del 'no' defendidas con éxito por organizaciones sociales y políticas.

Aunque por un ajustado porcentaje en torno al 52 %, Múnich y las zonas elegidas como subsedes han dado la espalda a una candidatura que había aprobado por unanimidad el Comité Olímpico Alemán y a la que había mostrado su apoyo el nuevo presidente del COI, el abogado Thomas Bach.

Curiosamente, la misma localidad de Garmisch-Partenkirchen que ahora ha rechazado el proyecto dijo que sí, con un 58 % de los votos, a formar parte de la candidatura de Múnich a los Juegos de 2018, finalmente adjudicados a PyeongChang (Corea del Sur).

Suiza, meca de los deportes de invierno y sede del COI, no organiza los Juegos desde 1948, en St Moritz. Aunque ha presentado candidaturas que fueron derrotadas por el COI, han sido varias las ocasiones en que sus planes fueron tumbados en referéndum.

Para 2022, la próxima edición que se adjudicará, una candidatura conjunta St Moritz/Davos no salió adelante porque los votantes del cantón de los Grisones rechazaron aprobar la financiación de 300 millones de francos que era necesaria.

No importó que un miembro destacado del COI, el suizo René Fasel, presidente de la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo, fuera uno de los promotores del proyecto.

Más llamativo fue el pronunciamiento en 2002 de los habitantes de Berna en contra de la candidatura de la capital a los Juegos de 2010, por cuanto ya se encontraba en una fase muy avanzada: la ciudad había pasado el primer corte del COI y era finalista a la organización junto a Vancouver (Canadá), Salzburgo (Austria) y PyeongChang (Corea del Sur).

Pero hubo que consultar a la población bernesa respecto a la aprobación de dos créditos por valor de 15,4 millones de euros y la respuesta fue negativa.

Ya en 1988 los ciudadanos de Lausana, villa que luce el título honorífico de 'capital olímpica' por ser la sede del COI, rechazaron presentarse a los Juegos de 1994 por temor a los gastos y al impacto en el entorno.

También en la vecina Austria hay precedentes de voto en contra de la presentación de candidaturas. Los habitantes de Salzburgo fueron consultados en 2005 sobre los Juegos de 2014; los residentes en la ciudad se mostraron en un 60 % en contra, pero los del estado federado se pronunciaron a favor por el mismo porcentaje, así que el ayuntamiento se encontró legitimado para formalizar finalmente la candidatura, que luego sería derrotada por Sochi (Rusia).

En 1976 los Juegos habían sido concedidos a la estadounidense Denver, pero en un referéndum los ciudadanos rechazaron (60 %) el apoyo económico institucional a los mismos y la sede se cambió a Innsbruck (Austria).

Barcelona, cuyo ayuntamiento descartó recientemente presentar una candidatura para 2022, estudió la conveniencia de convocar una consulta popular, pero la decisión política se tomó antes.

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