Paulinho, el capataz en un equipo de obreros

  • Paulinho, un centrocampista completo, se ha convertido en una pieza indispensable en el engranaje del Corinthians, en un oficial de primera en un equipo de obreros en el que el conjunto se impone a las individualidades.

Manuel Pérez Bella

Sao Paulo, 2 jul.- Paulinho, un centrocampista completo, se ha convertido en una pieza indispensable en el engranaje del Corinthians, en un oficial de primera en un equipo de obreros en el que el conjunto se impone a las individualidades.

Paulinho ha pasado en poco más de un año de hacerse un lugar en el once titular a ser uno de los más importantes en la Libertadores por sus dotes en la organización del juego y su verticalidad.

Dueño de unas notables cualidades técnicas, Paulinho, de 24 años, es el principal encargado de comenzar los ataques, distribuir el balón e imprimir velocidad al juego del Corinthians.

Cuando la salida se hace lenta, el propio Paulinho recurre a la potencia de sus tiros a media distancia o se interna en el área con una arrancada en velocidad.

El "ocho" del Corinthians, con 1.80 metros, también remata bien de cabeza, como ha mostrado con dos de sus goles en la Libertadores, incluyendo el testarazo providencial ante el Vasco da Gama que sirvió al equipo para clasificarse a las semifinales.

Por todas estas cualidades Paulinho fue elegido como uno de los jugadores del once ideal del Campeonato Brasileño del año pasado, junto a su compañero Ralf, con el que forma la mejor pareja de centrocampistas del país y con el que además está unido por una íntima amistad.

Paulinho y Ralf se entienden muy bien en el campo, ambos defienden con garra y son responsables de los buenos números defensivos del Corinthians en esta Copa Libertadores, torneo en el que ha encajado apenas cuatro goles en trece partidos.

José Paulo Bezerra Maciel Junior, nacido el 25 de junio de 1988 en Sao Paulo, debutó en el fútbol en las categorías juveniles del humilde Audax y con apenas 17 años dio el salto al fútbol europeo.

Entre el 2006 y el 2007 jugó en el Vilna lituano y después militó en el Lodz polaco, pero no consiguió adaptarse y regresó a Brasil a las filas del Bragantino, donde llamó la atención del Corinthians.

El club paulista lo contrató en abril del 2010, cuando era entrenador Mano Menezes, el actual seleccionador brasileño y uno de sus mayores valedores.

La madurez de Paulinho en el campo le granjeó la confianza de Menezes y de sus sustitutos, primero Adilson Batista y luego Tite, con quien se ha ganado un lugar fijo en el once.

Los éxitos del Corinthians han sido fulgurantes: ganó el título brasileño en el 2011 y ha llegado ahora a su primera final de la Libertadores.

Su buen papel en el equipo hizo que Menezes lo convocase para la selección en el "Superclásico de las Américas" del año pasado, torneo que juegan Brasil y Argentina con jugadores de las ligas locales, aunque desde entonces no ha vuelto a la 'canarinha'.

Las malas lenguas del Santos, su adversario en los cuartos de final de la Libertadores, señalaron una mano negra del Corinthians para evitar que Paulinho fuese convocado para la gira de Brasil de mediados de junio, en la que sí estuvo Neymar.

Su rendimiento en la Libertadores puede volver a abrirle las puertas de la selección y también de Europa, más precisamente en Italia, donde lo colocan algunos medios brasileños.

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