Pésima segunda vuelta condena al descenso a un Hércules con aspiraciones

  • Una pésima segunda vuelta de la Liga ha llevado al Hércules a consumar su descenso a Segunda B, a falta de una jornada para el final de una Liga que arrancó con aspiraciones de luchar por un puesto entre los seis primeros y pelear por el ascenso a la Liga BBVA.

Alicante, 1 jun.- Una pésima segunda vuelta de la Liga ha llevado al Hércules a consumar su descenso a Segunda B, a falta de una jornada para el final de una Liga que arrancó con aspiraciones de luchar por un puesto entre los seis primeros y pelear por el ascenso a la Liga BBVA.

Aunque el Hércules se ha mostrado como un equipo irregular a lo largo de todo el campeonato, el conjunto alicantino se ha visto relegado a la última plaza de la clasificación después de acumular seis derrotas consecutivas y hasta once jornadas sin ganar en el tramo decisivo del ejercicio.

Hasta tal punto, que la victoria ante el Mirandés, en la penúltima jornada de Liga, ha resultado inútil para que el equipo del Rico Pérez llegue con opciones de salvación al último encuentro del campeonato.

A la conclusión de la Liga, el Hércules habrá descendido por méritos propios a Segunda B ya que habrá estado veintiuna jornadas en puestos de descenso (ahora acumula veinte) cuando su técnico Quique Hernández dijo públicamente que tenía equipo para luchar por las seis primeras plazas.

El Hércules cayó a zona de descenso por primera vez esta temporada tras caer goleado frente a la Ponferradina (5-1) en la sexta jornada del campeonato. El equipo entonces dirigido por Hernández permaneció trece jornadas en los puestos de peligro de la clasificación.

Los alicantinos solo fueron capaces de sumar nueve puntos en las doce primeras jornadas de Liga y permanecieron nueve jornadas consecutivas sin ganar, lo que estuvo a punto de costarle el puesto de entrenador a Quique Hernández.

Sin embargo, una reacción en la parte final de la primera vuelta le permitió salir del descenso justo antes de las vacaciones invernales (jornada 19) y llegar al meridiano de la competición con ilusiones renovadas.

Pero, pese al triunfo contra el Mirandés en el primer partido del 2014, el Hércules volvió a entrar en una racha de malos resultados que le llevaron a caer de nuevo a las cuatro últimas posiciones en la jornada 25, tras perder contra el Recreativo de Huelva en el estadio Rico Pérez.

Aquello quedó en un susto momentáneo que el equipo alicantino solventó ganando tres de los cuatro siguientes encuentros, el último de ellos contra el Alavés.

Lo que nadie esperaba en Alicante en esos momentos es que el conjunto herculano encadenara once jornadas consecutivas sin ganar que le hundieron en el pozo de la clasificación, al que cayó para ya no salir en la jornada 36, tras perder en Sabadell.

De esas once jornadas sin ganar, las ocho primeras (cuatro empates y cuatro derrotas) tuvieron a Quique Hernández en el banquillo y las tres siguientes a Slavisa Jokanovic, al que el Hércules contrató en busca de una última reacción que no llegó.

A lo largo de la temporada, el Hércules ha sido víctima del pobre rendimiento de jugadores llamados a ser importantes en la temporada como Javi Hervás o Quique de Lucas, entre otros; de las numerosas lesiones que han padecido los futbolistas, que obligaron a echar mano de un buen número de canteranos a lo largo del ejercicio; y de una planificación deportiva que cerró el equipo con solo dos centrales natos.

Precisamente, la fragilidad defensiva del Hércules ha sido clave en el descenso. El conjunto alicantino es, con sesenta goles recibidos, el equipo más goleado de Segunda División; y tampoco la faceta ofensiva le ha ayudado a paliar sus fallos, si se tiene en cuenta que el equipo es también (-16) el que peor balance tiene entre goles recibidos y marcados.

A todo ello hay que unir las presuntas diferencias (porque los jugadores las niegan públicamente) que han surgido dentro del vestuario a lo largo del año, que han hecho más difícil el trabajo del grupo.

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