?¡Por fin salió el arcoíris!!

  • Por fin salió el arcoíris en la Vuelta con el triunfo del campeón mundial, el belga Philippe Gilbert (BMC), quien se impuso en un reducido esprint delante del subcampeón, el noruego Boasson Hagen (Sky), en un duelo que hizo recordar al que protagonizaron hace un año ambos corredores en el campeonato de Valkenburg.

Carlos de Torres

Tarragona, 5 sep.- Por fin salió el arcoíris en la Vuelta con el triunfo del campeón mundial, el belga Philippe Gilbert (BMC), quien se impuso en un reducido esprint delante del subcampeón, el noruego Boasson Hagen (Sky), en un duelo que hizo recordar al que protagonizaron hace un año ambos corredores en el campeonato de Valkenburg.

Un año sin ganar. Demasiado para un ciclista de la talla de Gilbert. Desde que se enfundó el maillot arcoíris le ha perseguido la maldición que se atribuye a dicha prenda. Dicen que da gafe, pero a tres semanas del Mundial de Florencia el clasicómano belga apareció en todo su esplendor. Llenó de color la meta de la veraniega Tarragona. Adiós a un año de sequía.

Gilbert firmó su cuarta victoria en la Vuelta delante de Boasson Hagen y del argentino Maximiliano Richeze (Lampre). Fue el más rápido dentro de un pelotón que llegó partido. Un final frenético, nervioso. Había miedo a las rotondas y al repecho final. La cosa no fue para tanto. Los favoritos "libraron" y mantuvieron las posiciones.

El italiano Vincenzo Nibali (Astana), tocado con gafas oscuras por el aguijonazo de una abeja, subió al podio a enfundarse el maillot rojo. El irlandés Roche le "picó" 2 segundos en un esprint intermedio y le persigue a 31. Luego Valverde y Horner a 46 y "Purito" Rodríguez a 2.33. Nada nuevo en la entrada de la Vuelta en Cataluña.

Un Ferrari volvió a irrumpir en la Vuelta. No el de Fernando Alonso, quien ya trabaja en el equipo sucesor del Euskaltel. Se trata de Fabricio Ferrari, del Caja Rural, el único ciclista uruguayo en la Vuelta desde los años 80. El charrúa, hijo de ciclista exseleccionador de su país, se alió en una fuga con el belga Romain Zingle (Cofidis) y el francés Cedric Pineau (Francaise).

Un viaje a ninguna parte que no cumplió el sueño de sus aventureros, que claudicaron a 19 kilómetros de meta, cerca de Cambrils, donde miles de veraneantes se encontraban a esas horas en la playa, "sufriendo" al amparo de la sombrilla. A unos metros pasaban los guerrilleros del asfalto bajo un sol abrasador, a la intemperie.

Cada uno a lo suyo. El Astana se puso en cabeza para proteger a Nibali de picaduras de asfalto, que son la peores. Luego tomó el relevo el Movistar, que colocó al personal en fila india. Era un no parar. Pero el Orica tenía la carta de Matthews y quería lucirla.

Con la carretera ligeramente cuesta arriba se apuntó a la fiesta el Sky. Boasson Hagen atacó de lejos ya dentro de la recta de meta, pero el nórdico claudicó ante Gilbert, el auténtico Gilbert, el clasicómano que desapareció hace un año con el maillot con el que sueñan todos los corredores.

"Por fin. Ha sido duro esperar tanto tiempo para volver a ganar", dijo Gilbert, de 31 años, un corredor que de niño cambió el balón por la bicicleta. No podía ser de otra manera. Hijo y hermano de ciclistas, se crió en Remouchamps, en la provincia de Lieja, a los pies de La Redoute, una de las colinas de la Lieja-Bastoña-Lieja, la carrera más antigua del mundo, la decana.

Mientras sus amigos se iban a meter goles, él se acomodaba en las cunetas para ver la misma Lieja o la Flecha Valona. Ganó su primera carrera con 14 años, pero quién le iba a decir que de profesional iba a vencer en las pruebas que iba a ver de chaval. Y un Giro de Lombardía, y una Amstel....los monumentos del ciclismo.

Y mucho menos que iba a ser campeón del mundo con el derecho de lucir un maillot con los colores del arcoíris. Esos colores estaban pálidos, sin brillo, pero como los viejos rockeros, los campeones nunca mueren. Gilbert renace en Cataluña y apunta a Florencia. Le espera el Mundial.

Mañana se disputará la decimotercera etapa, entre Vallas, localidad natal del malogrado Xavi Tondo, y Castelldefels, de 169 kilómetros, antesala de los Pirineos.

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