¿Por qué el Real Madrid tropieza dos veces en la misma piedra?

El Real Madrid poderoso y goleador de las primeras jornadas desapareció en el campo del Levante, curiosamente un equipo con el que también pinchó hace una temporada (0-0 entonces). ¿A qué se debió la transformación a peor del equipo blanco?

-Cae en la trampa del Levante. El equipo local buscaba un partido con muchas interrupciones para frenar al equipo de José Mourinho, casi imparable cuando mete la velocidad de crucero. Y lo logró. Con faltas y provocaciones desquició a los jugadores blancos, que cayeron en la trampa. El que más, Sami Khedira, expulsado por un empujón a Ballesteros. El centrocampista alemán tenía una tarjeta y el central levantinista se tiró para provocar la roja.

-Falta de puntería. 11 goles llevaba el Real Madrid en dos partidos de Liga y uno de Champions, pero  para lograrlos necesitó ¡88 remates!. Ante el Levante, los blancos fallaron mucho en la primera media hora y lo acabaron pagando. Karim Benzema, Kaká, Di María… Nadie acertó a batir a Munúa.

-La ausencia de Mesut Özil. 'Mou' dio descanso al alemán, que se mostró cansado en el partido ante el dinamo Zagreb, y el equipo lo notó. La presencia de Özil es casi imprescindible porque es el más clarividente a la hora de dar el último pase. Kaká jugó bien, pero está lejos del nivel del germano. Fue de más a menos como el resto del equipo.

-Lagunas defensivas. Algo raro en un equipo de Mourinho, pero el Real Madrid cometió más de un error defensivo. Con un hombre menos, todo el equipo se lanzó al ataque víctima de la ansiedad, lo que propició algunos contragolpes en superioridad numérica de los jugadores del Levante. Iker Casillas salvó más de un gol, pero no pudo con el disparo de Koné.

-Errores en los cambios. Un entrenador sabe más que cualquier aficionado o periodista del estado de sus futbolistas y cómo puede cambiar un partido. Sin embargo, pareció que Mourinho se equivocó al sustituir a Benzema para dar entrada a Cristiano Ronaldo. No por meter al portugués, sino porque el francés estaba creando peligro y se echó de menos su presencia en la segunda mitad. Más tarde, sacó a Özil por Marcelo. Quizá debió sacar del campo a Fabio Coentrao, menos incisivo que el brasileño, y más cuando había que marcar.