¿Por qué la afición del Real Madrid pide la dimisión de Florentino Pérez?

Florentino Pérez no pasa por su mejor momento en el Real Madrid, como demuestran los cada vez más frecuentes cánticos que se escuchan en las gradas del Santiago Bernabéu pidiendo su dimisión.

Este sábado ante el Getafe tuvo lugar el último episodio de la época negra que vive el presidente de la entidad madridista. Tras una semana bochornosa en la que el Real Madrid fue el hazmerreír de medio mundo por la alineación indebida de Denis Cheryshev en la Copa del Rey y su consecuente eliminación, el público del coliseo blanco (o gran parte de él, para ser justos) no dudó en cargar contra él cuando el árbitro Mateu Lahoz pitó el inicio del partido (Rafa Benítez tampoco se libró de los pitos, en este caso cuando se pronunció su nombre por megafonía). La Grada Joven de Animación respondió con cánticos para acallar las críticas del respetable. Además, Pérez tuvo la fortuna de que Benzema anotó en el minuto 4 de partido, un gol que rebajó la tensión del ambiente.

Pero, como hemos dicho, este ha sido el último episodio. Previamente, Florentino Pérez tuvo que escuchar a la afición pidiendo su dimisión en el clásico y ser testigo de una pañolada improvisada con las cartulinas blancas del mosaico. Los madridistas, que no están contentos con el juego que está desplegando el equipo en este inicio de temporada, tuvieron en la humillación en el clásico (0-4) la gota que colmó el vaso. En un duelo contra el eterno rival se puede perder, pero plantando cara, y más si juegas en casa. Pero lo visto el 21 de noviembre fue doloroso para la afición blanca, que no dudó en mostrar su hastío con el presidente en el descanso del partido, cuando el Barcelona iba ganando 0-2 y era muy superior a los pupilos de Benítez. Aunque no fue el único momento del encuentro en el que tuvo que aguantar las críticas contra su figura.

Pero el descalabro en el clásico y el caso Cheryshev no son los únicos detonantes de estos cánticos. Viene de tiempo atrás, y es que el Real Madrid, con Florentino Pérez como cabeza y máximo responsable del club, no ha estado muy acertado en los últimos tiempos a la hora de tomar decisiones y gestionar situaciones. Sin duda, el 2015 está siendo un año aciago para el presidente, agravado por la temporada en blanco y el triplete conseguido por el máximo rival con Liga, Copa y Champions.

El adiós de Ancelotti: La cuesta abajo comenzó con la decisión de prescindir de Carlo Ancelotti, una decisión no compartida por muchos, que, a pesar de un segundo año de vacío, veían en el entrenador italiano la figura idónea para seguir con el proyecto y dotar así al club de una estabilidad que le suele costar conseguir con tanto cambio en el banquillo (el Real Madrid ha tenido 8 técnicos en 10 años). Ancelotti, que logró la ansiada Décima, tenía el cariño de la afición y los jugadores, pero Florentino decidió ignorar sus opiniones y le cesó, optando por Benítez, de quien no duda en decir que es el "mejor entrenador" que ha tenido. Sin embargo, la contratación del madrileño no satisfizo a parte de la afición. El ex del Nápoles seguro que quiere cambiar la opinión de la gente, pero hasta ahora no ha conseguido que el Real Madrid sea sólido y desarrolle buen juego durante un partido completo, lo que le ha llevado a ser también diana de silbidos.

La despedida de Casillas: Otro capítulo negro para Pérez tuvo a Iker Casillas como protagonista. El debate 'Casillas sí, Casillas no' pobló las gradas del Bernabéu demasiado tiempo. Parte de la afición quería su marcha, otra parte coreaba su nombre en cada intervención del guardameta. Su adiós, agravado por la desoladora rueda de prensa ofrecida por el meta, derivó en cánticos contra el presidente pidiendo su dimisión. Los aficionados que se acercaron al segundo acto de despedida del entonces capitán en el Bernabéu no perdieron oportunidad de mostrar su descontento con la forma de tratar y despedir al futbolista.

El no-fichaje de De Gea: El verano fue calentito para Florentino Pérez, que tendría el 31 de agosto, en el cierre del mercado de fichajes, otra actuación esperpéntica que volvió a hacer que el Real Madrid fuera foco de mofas. La frustrada incorporación de David de Gea a cambio de Keylor Navas y dinero por no llegar la documentación a tiempo le puso otra cruz al directivo, que además se vio obligado los días posteriores a explicar su versión de lo ocurrido en medios de comunicación. Sus apariciones están siendo frecuentes en estos meses (también salió a comparecer tras el clásico y tras el partido de Copa del Rey), un signo que denota las turbulencias en Chamartín.

Gasto millonario y poca cantera: A la afición también le duele ver cómo el Real Madrid lleva años sin dar excesivas oportunidades a los jóvenes de La Fábrica y se gasta millonadas en futbolistas jóvenes extranjeros que todavía tienen mucho que demostrar también (por ejemplo, Kovacic por 35 millones de euros). El ejemplo más claro de los recientes es el de Álvaro Morata, que, ante el escaso número de minutos, decidió poner rumbo a Turín, donde está demostrando su calidad como delantero centro. De hecho, el Real Madrid fue testigo de ello en la pasada Champions, cuando se quedó fuera de la final por culpa de los goles de su canterano. Actualmente, de La Fábrica, tiene la vitola de titular Dani Carvajal (aunque las lesiones le están impidiendo jugar con regularidad esta temporada). En la plantilla hay otros canteranos (Nacho Rodríguez, Lucas Vázquez, Kiko Casilla, Denis Cheryshev y Jesé Rodríguez), pero ninguno dispone de los minutos necesarios para demostrar de lo que están hechos. Casemiro, tras su paso por el Oporto, sí que ha sabido ganarse un hueco en el once, aunque ayudado por las lesiones, pues cómo se vio ante el Getafe o el Barça, Benítez se decantó por sus jugadores de más renombre en cuanto los tuvo disponibles a todos.