Quintana cita al Ventoux

  • El colombiano Nairo Quintana (Movistar) espera al Mont Ventoux tanto como el Mont Ventoux espera al menudo ciclista de Boyacá, que a sus 23 años está siendo una de las sensaciones del Tour de Francia.

Luis Miguel Pascual

Lyon (Francia), 13 jul.- El colombiano Nairo Quintana (Movistar) espera al Mont Ventoux tanto como el Mont Ventoux espera al menudo ciclista de Boyacá, que a sus 23 años está siendo una de las sensaciones del Tour de Francia.

El "monte pelado", la cima lunar bajo las elevadas temperaturas que se esperan para mañana, descubierto de toda vegetación pero tapado de público en un domingo de fiesta nacional en Francia, reclama un héroe como Quintana. Y el colombiano no quiere faltar a la cita.

"Mañana esperamos recuperar algo de tiempo", afirma el corredor del Movistar, siempre tímido, pero ahora un poco más descarado desde que el Tour le ha dado un papel protagonista y desde que el Movistar, desprovisto de su líder natural, Alejandro Valverde, le ha subido los galones.

"Ahora soy yo el líder del equipo y esperamos darle una alegría", asegura el colombiano, quien logró mantener sus menos de 60 kilos en el grupo del líder en "el festival del viento" que fue la etapa de ayer, que se llevó las esperanzas de Valverde.

Octavo de la general, a 5.18 del maillot amarillo que viste el británico Chris Froome (Sky), Quintana mira el futuro con ojos ambiciosos.

A corto plazo, parece que se han quedado cortas sus metas de acabar el Tour como el mejor joven -mantiene una cerrada pelea con el polaco Michal Kwiatkowski, que le lleva 34 segundos- y de ganar una etapa.

"El objetivo es el podium", dice el ciclista, casi sin despegar los labios, como si le diera vergüenza reconocer que está ganando peso.

Tras la debacle del español Alejandro Valverde (Movistar) "un nuevo Tour ha comenzado" y "si la primera parte lo hicimos bien, ahora también podemos hacerlo", sostiene el de Boyacá.

El colombiano no rehuye la presión, se siente la punta de lanza del equipo que, hasta el desastre de Saint-Amand-Montrond, había demostrado ser el más fuerte del pelotón.

"Me reconforta estar en un equipo valiente, luchador, como me gusta a mi", asiente el ciclista, al que se le iluminan los ojos cuando escucha el ruido de sables previo a subir al Ventoux.

"Es una cima perfecta para Nairo Quintana, lo tiene todo para ganar y, tal y como están las cosas, no veo que ningún equipo pueda impedírselo", afirma Jean-François Bernard, que en 1987 se impuso en una contrarreloj disputada en el "monte pelado".

Al colombiano le encantaría sumar su nombre a la lista de leyendas que la ha inscrito en el mítico Ventoux: Luison Bobet, Charly Gaul, Raymond Poulidor, Eddy Merckx o Marco Pantani.

"El Ventoux colocará a cada uno en su sitio", advierte el ciclista, que tiene a la cumbre como termómetro para saber cual son sus verdaderas posibilidades.

Si sale cara, Quintana atraerá todavía más focos en lo que queda de Tour, una barbaridad, todos los Alpes, con otros dos finales en alto, uno de ellos en el Alpe d'Huez.

Si sale cruz, el ciclista siempre podrá refugiarse en su juventud. Quintana descubre una carrera acostumbrada a comerse a ciclistas que venían a comerse al Tour. Una advertencia que no dejan de hacer desde el equipo Movistar, temerosos de crear demasiadas expectativas sobre un ciclista que nadie sabe como responderá a la presión.

"No le podemos poner más presión de la que él quiera. Está andando muy bien y demostrando que es uno de los mejores escaladores, pero es su primer Tour y todavía es muy joven. Iremos viendo porque la carrera tendremos que plantearla de otra manera y a este Tour aún le queda mucha dureza", asegura su director, José Luis Arrieta.

El propio Nairo se guarda bajo la manga la carta de la prudencia. "El cansancio empieza a sentirse, mañana veré dónde estoy realmente", dice el colombiano.

La cita está tomada. El Ventoux espera al un ciclista que ya no duda en considerarse "el presente y el futuro del ciclismo colombiano".

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