Marcelo, Arbeloa, Khedira y Coentrao. Todos ellos volvieron del segundo parón de seleccionados lesionados. Tres de ellos eran habituales en los onces de Mourinho, por lo que el técnico portugués se las tuvo que ingeniar para alinear un once de garantías ante el Celta de Vigo.
Aunque se especuló con que el canterano Nacho pudiese jugar en el lateral izquierdo, finalmente fue Essien el que ocupó la banda. En el otro costado, Ramos recuperó la posición que le llevó al estrellato. Por delante, Mourinho volvió a fiarse de un Kaká que parecía haber recuperado un nivel digno las útimas semanas.
Empero, el brasileño fue el único que no aprovechó la ocasión. Jugó sólo la primera parte y estuvo tapado por la creatividad de Modric y Özil. Kaká se perdió entre las dos líneas del Celta, complicándose la vida con el balón en los pies y sin crear peligro con sus movimientos cuando era un compañero el que tenía el esférico.
Los que por el contrario, sí aprobaron el examen fueron Varane y Essien. El galo estuvo fantástico en el eje de la zaga. No cometió errores, estuvo muy atento y se entendió con Pepe. Ambos se anticiparon a casi todos los balones interiores del Celta y cubrieron casi todos los huecos.
Por su lado, Essien, cuyo reto era mayúsculo, demostró porqué es uno de los jugadores más polivalentes de Europa. El ghanés se acopló perfectamente a la posiciónde lateral. Su primera ocupación fue la de frenar a Augusto Fernández, algo que hizo de manera sobria y profesional. Además, se atrevió a subir arriba varias veces, llegando incluso a sacar varios cenetros peligrosos.
Tanto Essien como Varane parten con muchos puntos para repetir titularidad en el futuro. Más complicado lo tiene el irregular Kaká, quien parece que empiezar a perder puntos también con Mourinho.
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