Real Madrid 2-0 Levante: Modric rescata la identidad y Bale se reivindica con dos goles

    • La fluidez y el dinamismo del croata y la hiperactividad del galés, que marcó los dos tantos, recuperan la esencia del toque productivo, la profundidad y la pegada
    • Luka Modric es la pastilla que necesitaba el conjunto de Ancelotti para reestablecer la fiabilidad y el crédito a una semana de visitar al Barcelona en el Camp Nou
Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria contra el Levante
Los jugadores del Real Madrid celebran la victoria contra el Levante
Liga BBVA

El Real Madrid necesitaba algo más que los tres puntos para ir al Camp Nou y creer que está para competir con el Barcelona por la Liga. Ganó al Levante con autoridad, solvencia y mostró señales positivas que recuerdan al de los cuatro títulos y los veintidós triunfos seguidos. Le bastó una buena primera parte para acercarse a su mejor versión. Llega al Clásico a un punto del líder y coge confianza.

Con Modric de inicio y Bale más caliente llegó el deshielo. La fluidez y el dinamismo del croata y la hiperactividad del galés sacan al equipo de la indefinición. Importante el concepto de equipo porque es de lo que carecía esta plantilla en 2015. El juego tuvo buenas rachas de control, con triangulaciones, posesión, profundidad y, lo que mejor se le da, pegada. El toque, como le gusta a Ancelotti, fue productivo. El Real Madrid ha recuperado gran parte de la identidad perdida en los últimos partidos. Fue un conjunto más compacto, intenso, solidario en el esfuerzo colectivo y rabioso. Entró bien al partido y Bale enseguida quiso enseñar la patita. Corría de un lado a otro, perseguía la pelota, suya fue la primera falta para recuperarla y también estuvo en las acciones más peligrosas. Salió a reivindicarse y esa gasolina le convirtió en el mejor de la primera parte. Trabajó la banda derecha, una pesadilla para Toño, y participó en las llegadas y los pases al área.

La insistencia de Bale tuvo premio, en el 18', con un derechazo que abrió el marcador. Lo celebró con mala cara, serio y con un gesto con dedicatoria para los que le pitan. Se llevó las manos a las orejas y le pegó una patada al banderín de córner. Definió una jugada en la que Cristiano Ronaldo remató de chilena, la pelota la sacó Ramis debajo de los palos y en la pelea de Benzema fue el galés el que acertó en el remate.

El Real Madrid, con Modric a los mandos, fundió al Levante con la actividad de Bale y el orden táctico. Recuperó los argumentos de un equipo competitivo. Juntó y adelantó las líneas, Pepe y Sergio Ramos presionaron casi en la línea del centro del campo, tuvo buena salida del balón, con ritmo fluido y llegadas por las bandas y por el centro. Kroos descansó e Isco y Lucas Silva tuvieron una noche placentera. Gobernó Modric y arrasó Bale.

Modric es la pieza más importante del puzzle. Se hizo la referencia del equipo en la construcción, repartió el juego por fuera y por dentro, y le dio velocidad. El toque productivo del croata ayudó a recuperar la memoria del resto de compañeros que llevaban un tiempo amnésicos y perdidos en la nada. Modric es la pastilla que necesitaba el Real Madrid para recuperar el crédito y la fiabilidad a una semana de ir al Camp Nou. También Sergio Ramos, pero el Levante no llevó peligro a la portería de Keylor Navas y el peso del central lo veremos contra el Barcelona.

Con el juego reestablecido y las ideas claras sólo era cuestión de tiempo y que fueran llegando los goles. Bale hizo el segundo, en el 39', sin querer, tras un disparo de Cristiano Ronaldo. El galés, que pareció quitar la pierna, tocó ligeramente y le dio la dirección correcta. El portugués lo celebró como suyo, pero las imágenes demuestran el ligero contacto con el tobillo de Bale. A Cristiano Ronaldo se le resistió el gol. Envió un balón al poste, tuvo una ocasión propicia para marcar y empezó a caer en las lamentaciones hasta el final de la primera parte. Cuando se frustra baja sus prestaciones.

Lo mejor de la segunda parte fue el remate artístico de Benzema. Cristiano Ronaldo puso un balón al área y el fancés, de espaldas, lo enganchó con el tacón en un giro genial. La pelota se estrelló en el larguero. La maniobra mereció el tanto. El Real Madrid ya se sentía muy superior y poco exigido. Sumó los tres puntos de la tregua ante un Bernabéu que no se llenó, que empezó frío y acabó dando cariño... hasta a Ancelotti.

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