Gran ovación la que se llevó Modric cuando Mourinho le sustituyó en el minuto 60 de partido ante el Granada. De esa forma, el Bernabéu reconocía el gran trabajo del croata en su primer partido como titular con el Real Madrid. Modric jugó en la posición de Özil y cumplió de sobra.
Si estuviéramos en el cole, Modric se hubiera llevado un notable alto en su primer examen. Jugó por delante de Alonso y Khedira, a los que hizo la vidfa muy fácil. Cada vez que uno de los dos levantaba la cabeza veían al croata totalmente solo y dispuesto a recibir.
Cada vez que el balón pasaba del medio campo, Modric era el encargado de manejar el ataque. Bien fuera por la derecha con Callejón, bien fuera por la izquierda con Ronaldo, el croata siempre acompañaba los ataques blancos. Modric no se cansó de pedir el balón y de hacer pases entrelíneas hacia Benzemá, Ronaldo, Macelo o Khedira, aunque no pudo firmar ninguna de las asistencias de los tres goles blancos.
A su gran aportación en ataque, hay que añadir el trabajo que hizo en la presión. Sabedor de la importancia de dejar buena impresión en sus aficionados, el croata se desfondó corriendo a presionar a los dos mediocentros del Granada. Con razón a la hora de juego estaba agotado y Mou le tuvo que sustituir. La gran ovación y el parón por las selecciones le volverán a llenar los depósitos para seguir mejorando en las filas blancas y seguir dejando bellas imágenes.
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