Real Madrid – Dinamo de Zagreb: partido de "alto riesgo"

  • Ya clasificado para los octavos de final de la Champions, el Real Madrid recibe al Dinamo de Zagreb con el recuerdo de la peligrosa entrada a Cristiano Ronaldo en el encuentro de ida.
Real Madrid – Dinamo de Zagreb: intrascendente pero de alto riesgo
Real Madrid – Dinamo de Zagreb: intrascendente pero de alto riesgo
Aitor Amorós
José Martínez

El Madrid no se juega nada más allá de los 800.000 euros que la UEFA concede por cada victoria en la fase de grupos. Un punto les basta para ser matemáticamente primeros y así encarar la vuelta de los octavos de final en casa. Sin embargo, la Comisión Antiviolencia ha declarado el choque ante el Dinamo de Zagreb como de "alto riesgo".

Han pasado dos meses de la escalofriante entrada de Leko sobre Cristiano Ronaldo, que dejó al portugués con el tobillo sangrando y tuvo que recibir varios puntos de sutura. Tras este lance, el choque se enrareció y Marcelo acabó expulsado por simular una caída en el área rival. Pero lo que preocupa realmente es la afluencia de los 'Bad Blue Boys', uno de los grupos radicales más fieros de Europa.

También conocidos como los 'BBB', su agresividad y sus malos modos han llegado a provocar la clausura del estadio Maksimir, feudo del Dinamo, que este fin de semana dio un golpe de autoridad en la liga croata tras golear a domicilio cero a tres a su histórico enemigo, el Hadjuk Split. Estuvieron bien arropados por su grupo radical, como ellos mismos exhiben en su página web.

Carvalho y Kaká, cerca ya de salir de la enfermería, están a disposición de Mourinho. No así Di María, que ha empezado a trotar en solitario pero todavía no se ha reintegrado en el grupo, pletórico en lo moral tras llevarse los tres puntos de Mestalla. La anarquía del sábado, con el Madrid a la deriva durante muchos minutos, no debería repetirse este martes.

Se acercan los octavos y la acumulación de tarjetas resultará crucial en las rondas finales de la Champions. A diferencia del año pasado en el Amsterdam Arena, no habrá órdenes desde el banquillo para forzar las amarillas, ya que todos los jugadores blancos amonestados solo tienen una tarjeta –el ciclo se cumple al ver la tercera-. Sin la picardía de los futbolistas, de nuevo serán los goles los que deban animar el choque.

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