Real Madrid y Barcelona sí son amigos en la selección sub19

'Florentino Pérez y yo no somos amigos'. Son palabras del presidente del Fútbol Club Barcelona Sandro Rossell. Quizá no sea las frase má adecuada, aunque no deja de ser un ejemplo del clima de tensa calma que viven desde hace unos años los dos clubes más grandes del fútbol español. Ya no sorprende que jugadores y representantes de los dos equipos se lancen mensajes y puyas.

Sin embargo, escasean los ejemplos en los que jugadores y aficiones de ambos equipos se unen y demuestran su amistad. Uno de esos ejemplos nos lo han tenido que enseñar los más pequeños. En concreto, los chavales de la selección sub19. Allí han convivido dos jugadores de cada equipo: Alejandro Grimaldo (Barcelona), Derik Osede (Real Madrid), Jesé Rodríguez (Real Madrid) y Gerard Deulofeu (Barcelona).

Precisamente los dos últimos son los dos cracks de esta selección. Y en ningún momento ha habido problemas por ejercer el mando o por llevar los galones del equipo. Tanto uno como otro han aceptado con humildad el papel de protagonista que, por su calidad, les corresponde e intentan cumplir por el bien del equipo. Tal es su importancia en el equipo que un destello de ambos, una conexión de Gerard con Jesé le dio la victoria en la final a España. Por una vez, Madrid y Barcelona han quedado en un segundo plano.

Como Messi y Cristiano

Por sus características de juego, podríamos decir que uno es el Messi del equipo y el otro el Cristiano Ronaldo. Deulofeu es bajito, rápido, tiene un enorme control de balón y una capacidad para encarar en el uno para uno increíble. En internet se pueden encontrar muchos vídeos del jugador blaugrana regateando, asistiendo y anotando.

Por su parte, el jugador del Madrid, aunque no tiene ese desborde por banda, tiene una capacidad para ver portería al alcance de pocos chicos de su edad. El hat-trick que firmó ante Portugal en este campeonato de Europa es la mejor prueba. Además, es un delantero con buen físico, buen control y bastante veloz.

Tanto Deulofue como Jesé han sido, además, los líderes de los filiales de Barça y Madrid. Ellos, con sus jugadas, sus pases, sus desmarques y sus goles han permitido a cada uno de sus equipos cumplir, sobradamente, los objetivos.

Y lo mejor de todo es que, cuando juegan juntos, se olvidan de su rivalidad y empiezan a jugar como si se conocieran de toda la vida. Si las lesiones se lo permiten, si sus cabezas siguen bien amuebladas y si siguen la progresión que llevan, son los dos seguros del fútbol español. Lo que ha unido el balón, que no lo separe una simple rivalidad entre clubes.